Ha muerto Forges

Me he vuelto a reír. Una vez más, mil y una veces más. Vuelvo a reír, gracias a sus geniales viñetas. Esta noche es para Forges, como no podía ser de otra manera. No ha muerto «cualquiera», dicho sea con el máximo respeto. Para aquellos a los que nos encanta el humor -supongo que la inmensa mayoría de nosotros-, para aquellos que lo consideramos algo imprescindible para sobrevivir en este enloquecido mundo, hoy es un día triste. Nos deja un grandísimo humorista y dibujante, de hecho todo un cronista, retratista, diseccionador y ojo crítico de la España de las últimas décadas, con sus dibujos cargados de una ácida visión de la política, de denuncia y «desmontaje» de tantas estupideces socioculturales, de paisajismo humano lleno de ternura, de nihilismo, de absurdo, de realismo y de tantísimas cosas más. Un día muy triste, como cuando el pasado 11 de noviembre nos dejaba otro grande de la carcajada, Chiquito de la Calzada.

Cúantas veces me habré reído con sus chistes, en tantas ocasiones surrealistas, las más de las veces geniales, demoledores y acertadísimos. Y eso es algo impagable, que te hagan sentir eso. No me enrollo más, porque creo que es un personaje que no necesita más presentación. Os invito a reír conmigo, con él, gracias a él.

Con algunas de ellas literalmente me he descojonado. Lo portentoso y lo increíble es que con este crack podríamos seguir con miles y miles más.