DaiQing Tana and Haya Band: Silent Sky / Ongmanibamai

A veces el universo, la realidad y el devenir te hacen regalos. A veces no tienes que hacer «nada» en especial. Tan sólo seguir tu camino, seguir avanzando, moverte, interactuar, observar y escuchar lo que se te presenta sin tan siquiera ir a buscarlo…

DaiQing Tana —también escrito Daiqing y Daichin— es una cantante china nacida en 1983 en el seno de la tribu Taijnar, original de Mongolia, en la localidad de Delingha, Prefectura de Haixi, Provincia de Qinghai, China. De hecho, haciendo una comprobación, veo que esa zona se denomina Haixi Mongolian and Tibetan Autonomous Prefecture, en la Provincia de Qinghai. En carácteres chinos el nombre de la cantante se escribe así: 代青塔娜. Su madre era muy conocida a nivel local como intérprete de música folk mongola, y animó a su hija desde temprana edad cuando ésta mostró interés por la música. DaiQing Tana estudió Interpretación Vocal en la Universidad Minzu en Beijing (China).

En 2006 se unió al grupo musical Haya (哈雅樂團 en carácteres chinos), banda que produce  world music (música tradicional de origen étnico y distinta en patrones y procedencia de la cultura anglosajona) y música folk —fusionándose con influencias del pop, el rock, la música sinfonica… — justamente usando la música tradicional de Mongolia como base. He tenido la suerte de dar con una página donde se explica detalladamente la trayectoria de esta banda y se dan los nombres de sus componentes y la relación completa de sus discos: Wikiwand.com. Aquí tenemos a la formación…

DaiQing se casó en el 2013 con Zhang Quansheng, fundador de Haya Band en el 2006.

En un interesantísimo artículo que acabo de descubrir en China Daily (Inner Mongolia /Autonomous Region), Zhang Quansheng afirmaba en el 2015 sobre la banda:

«That’s what we have been doing during the past 10 years, translating our traditional Mongolian music to the contemporary era».

«Our music also expresses our love for the grasslands [praderas, llanuras] and nomadic people».

«I hope our music will appeal to not just Mongolians, but also people of other ethnic groups».

Mientras que DaiQing Tana decía:

«Whenever I sing onstage, the music of Haya takes me back to my childhood. It reminds me of the first time my father took me to ride horses». 

Mientras consultaba este artículo y otros, sugerentes y enigmáticos nombres relacionados con la música tradicional mongol han desfilado ante mi vista: matouqin, khoomei, morin khuur, horse-head fiddle (el fiddle, famoso instrumento de cuerda muy semejante al violín; terminado en una cabeza de caballo: podemos verlo en dos de las anteriores fotos)…  

Podemos decir de esta banda que ha ganado tres veces un evento llamado «Golden Melody Awards» que se celebra en Taiwan, en la categoría “Best Cross-Border Music Album” y que han actuado en países como Alemania, Suecia o Canadá. La banda también ha ganado otros premios en su país y sido nominada a otros tantos.

El vocablo haya en lengua mongol podría traducirse por «borde», «filo», «límites» o «márgenes» (edge en inglés) pero una traducción más exacta aún es «marginal», que es una metáfora del estilo de vida de los nómadas mongoles, que viven «al límite», una vida que no es fácil, y más con la irrupción de la modernidad.

En cuanto a DaiQing, podemos decir que en la décima edición de los «Chinese Music Media Awards» (2010) ganó el premio “Best Ethnic Music Artist Award”.

La relación de discos —parece que están en Spotify— que ha sacado Haya Band con DaiQing Tana como cantante es la siguiente:

  • Wolf Totem (狼圖騰; 2007)
  • Silent Sky (寂靜的天空; 2009)
  • Lamp (燈; 2010)
  • Migration (遷徙; 2011)
  • Crazy Horse (瘋馬; 2014)
  • Link (Link; 2019)
  • HAYA Live in Beijing (HAYA樂團北京現場音樂會; 2011)

Silent Sky tuvo dos ediciones diferentes…

Migration Beijing Live Concert (2011)

El tema Silent Sky en estudio es una verdadera perla. No hay palabras para describir la belleza de este regalo sonoro. Sonido limpio y cristalino y la maravillosa voz de DaiQing que te acaricia…

Versión en directo…

Ongmanibamai es la transcripción en lengua mongol del célebre mantra budista (en sánscrito) Om Mani Padme Hum

Interpretada en directo. Por cierto, atención a la fabulosa interpretación —creo que es Zhang Quansheng— del morin khuur coronado por una cabeza de caballo…

De propina un vídeo donde, aparte de estos dos temas, aparecen dos más (Qinghai Lake y Snow Mountain). Una delicia…

¿Pensabas que la entrada terminaba aquí? ¡¡No!! Quedan algunos cabos sueltos 😀. Atención a lo que viene ahora porque, aparte de despejar una incógnita, incluye una hermosa leyenda que me ha llegado al alma:

«El Matouqin es el nombre chino para un instrumento musical de cuerda frotada tradicional de Mongolia. En la lengua mongol, Matouqin se dice Morin Khuur. En el idioma chino y el mongol el significado en común es ‘Violín con cabeza de Caballo’.

Su sonido poético es descrito como expansivo y desenfrenado, como un caballo salvaje, o como una brisa en los prados.

El instrumento consiste en una caja de resonancia de madera de forma trapezoidal sobre la que se fijan dos cuerdas. Tradicionalmente, el marco sería cubierto de piel de camello, cabra, o de oveja, en el caso de que una pequeña apertura se dejara en la parte posterior del instrumento, pero a partir de 1970, las cajas de resonancia de madera están talladas con ‘los agujeros f’ similares a los que emplean los instrumentos europeos de cuerda frotada.

Las cuerdas son hechas de pelos de la cola del caballo, extendidos en forma paralela, apoyados sobre un puente de madera ubicado sobre la caja de resonancia hasta otro pequeño puente sobre el cual convergen a lo largo de dos clavijas de afinación en la empuñadura, que siempre es tallada en la forma de la cabeza de un caballo. La cuerda ‘masculina’ tiene 130 pelos de la cola de un semental, mientras la cuerda ‘femenina’ 105 pelos de la cola de una yegua. Tradicionalmente, las cuerdas son afinadas separadas una quinta, aunque en la música moderna ellos más a menudo las afinan a una cuarta. El arco posee una serie de pelos de caballo sueltos cubiertos con resina de cedro y se sostiene desde abajo con la mano derecha. Al tomarlo por la parte de abajo permite que la mano ajuste el pelo del arco estirándolo, permitiendo regular en forma delicada el timbre del instrumento.

Se toca con el matouqin colocado en posicion vertical entre las piernas del músico. Las cuerdas se pisan haciendo presión con las falanges de los dedos índice y medios, o pellizcándolas entre la uña del dedo meñique y la base del dedo anular.

Una leyenda de Mongolia acredita la invención del matouqin a un muchacho llamado Sükhe. Después de que un señor malvado matara al caballo blanco del muchacho, el espíritu del caballo se le manifestó a Sükhe en un sueño y lo instruyó en la elaboración de un instrumento con el cuerpo del caballo, y de esta forma los dos todavía podrían estar juntos y ninguno estaría solo. Fue cuando el primer matouqin fue elaborado, con los huesos del caballo como su cuello, sus cuerdas elaboradas de crin, la piel de caballo como cubierta de la caja de resonancia de madera, y su empuñadura tallada en forma de cabeza de caballo.

En realidad, el matouqin se ha desarrollado del xiqin, un instrumento antiguo musical de China del noreste. Marco Polo obtuvo un matouqin visitando Yuanshangdu (la Capital Superior de la Dinastía de Yuan) en 1275 y lo llevó a Europa».

(Extraído de una página de turismo de Beijing).

Así que en realidad estas tres denominaciones se refieren al mismo instrumento musical: matouqinmorin khuur, también conocido como horse-head fiddle (el fiddle o instrumento de cuerda coronado con la cabeza de un caballo).

Muy hermoso instrumento y hermosas imágenes. No me extraña que el morin khuur esté considerado un símbolo nacional de Mongolia.

En cuanto al término khoomei, no es menos interesante en absoluto:

«El arte mongol denominado khoomei (‘canto de garganta’) o coro hooliin es una forma de cantar en la que el intérprete emite simultáneamente dos voces, una aguda (armónicas) y otra grave continua (bordón), produciendo esta última con la garganta. Los cantantes de khoomei actúan solos o en grupo. Esta variedad de canto se practica hoy en las comunidades mongolas de diversos países, sobre todo en Mongolia Interior (norte de China), Mongolia y la República de Tuva (Federación de Rusia). Ejecutado tradicionalmente con motivo de la celebración de ceremonias rituales, este canto es una expresión de respeto y alabanza de la naturaleza, los antepasados y los grandes héroes del pueblo mongol. Las manifestaciones de esta expresión artística se reservan para eventos especiales y actividades colectivas, por ejemplo carreras de caballos, certámenes de arqueros, torneos de lucha, banquetes y ritos sacrificiales. El momento y el orden de ejecución de las canciones suelen estar estrictamente reglamentados. El khoomei se ha considerado durante mucho tiempo un elemento esencial de la cultura mongol y sigue siendo un símbolo de identidad nacional o étnica».

(Nos lo explica una página de la UNESCO).

También se le conoce como «canto gutural mongol» o «canto de armónicos» y podemos encontrarlo escrito en las formas khöömei y xöömei. Y aquí tenemos la enésima prueba de que internet es una ventana inmensa a la totalidad del globo y aparentemente un pozo «inagotable» de conocimientos, porque he encontrado este artículo en LA VANGUARDIA (con interesantes vídeos incluidos) sobre este canto: Los científicos desvelan los misterios del “canto de garganta” de Mongolia.

Y de hecho, aunque no entiendo nada de todos estos temas, escuchando a estos cantantes mongoles me doy cuenta de las enormes semejanzas con la voz gutural, grave y profunda que ejecutan los monjes budistas en sus cantos litúrgicos de mantras.

Para terminar esta entrada, decir que existen unos cuantos instrumentos tradicionales mongoles más. Por ejemplo la flauta mongol conocida como tsuur, choor o chuur («the tsuur is a vertical wooden wind instrument, with three sound holes, similar to a vertical flute»). Sensacional reportaje aquí, donde se enumeran bastantes instrumentos mongoles: Mongolian Traditional Musical Instruments.

Tambores mongoles usados por chamanes.

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No me lo puedo creer, y lo digo en serio. El universo me acaba de hacer otro regalo. Ya daba esta entrada por concluida. Pero he hecho una última comprobación, pues puse mal su lugar de nacimiento (en realidad es la localidad de Delingha), y eso junto a una fotografía me han llevado a un largo artículo donde se cuenta que la Banda Haya cumple 15 años ya y van a celebrarlo haciendo una gira. También contiene una larga entrevista con DaiQing Tana, donde vierte todos sus pensamientos y emociones a raíz de la pandemia, su confinamiento en Beijing y también reflexiona sobre este mundo —hacia adónde va o parece ir— y las conexiones del ser humano con la naturaleza, que son esenciales y dice se han cortado muchísimo a raíz de lo sucedido en 2020. El espíritu mongol habita en la cantante, y el espíritu mongol ama y adora a la naturaleza y vive libre en ella. El artículo (Daiqing Tana: 15 years have passed…) me ha regalado también estas hermosas imágenes con las que, ahora sí, cierro esta entrada.

«Fifteen years have passed, HAYA is still expanding its territory. In addition to labels such as ‘world music’ and ‘grassland nature’, some people began to describe them as ‘cure’. Some people use their music to do yoga, others use their music to cure insomnia, and others claim that their depression symptoms are relieved in their music».

Gracias, DaiQing. Gracias a la Banda Haya por vuestra música y por la enorme suerte de haberos conocido y encontrado. Namaste.

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The Novelists: Comfortably Numb (Pink Floyd) / Africa (Toto)

Esta entrada no estaba prevista en absoluto. Pero a veces sucede maravillosamente que al navegar por la red (visitando algunos blogs musicales) uno/a puede encontrarse auténticos regalos y sorpresas. Y éste ha sido el caso. En la web brasileña ATITUDE ROCK’N’ROLL me llamó poderosamente la atención una entrada con un vídeo: un grupo que se hace llamar The Novelists haciendo una versión del inconmensurable e impresionante Comfortably Numb de Pink Floyd. Ese vídeo me llevó a YouTube y eso a más y más vídeos. Me interesaron aún más y empecé a tirar de hilos y a buscar información, hasta poder «reconstruir» en buena medida sus andanzas y sus lanzamientos. Ya expliqué no hace tanto que en realidad no es tan difícil esta labor como podría parecer: todo está al alcance de un clic; basta un poco de persistencia, de búsquedas específicas y de ponerse «en modo sabueso».

Cuando resulta que llegas a YouTube y el segundo vídeo que ves de estos señores es una versión del tema Africa de Toto… todo cambia. Bastante. La entrada empieza a pedir paso en mi cabeza y por supuesto es casi imposible que se limite al tema de Pink Floyd. Han de entrar estos dos temas porque… ¡estos tíos han versionado dos de las canciones preferidas a lo largo de toda mi vida! ¡Qué increíble casualidad! Chicos, ya os habéis ganado mi atención, mi tiempo y mis letras.

Lo primero que debo decir es que, sintiéndolo mucho, la mencionada web brasileña ha cometido un error importante: afirma que la banda es francesa… y de eso rien de rien (la sorpresa me la llevaría después al indagar). En realidad son originarios de Reno, en el estado de Nevada, y al parecer de un área urbana llamada Tahoe City. Recordemos que el maravilloso y famoso Lago Tahoe se encuentra en la frontera de los estados de California y Nevada (ahí cae también Tahoe City, en esa «esquina»)…

Resuelta la cuestión del lugar de origen, vamos con el de la formación. Aquí ha habido un poquito de lío, porque la banda ha sufrido algunos cambios… pero creo que he armado el puzzle correctamente. Mejor empecemos por la formación original. El grupo arranca en el 2010, pero sobre el 2013 empieza a subir temas en su página web (novelists.com). Los miembros originales son Eric Andersen (voces, piano y teclados), Joel Ackerson (voces, guitarra y mandolina) y Zack Teran (bajo y contrabajo). La banda reclutó a la cantante, guitarrista y compositora de San Francisco Megan Slankard (es la chica que aparece en el primero de los vídeos). Megan permanecería unos dos años y medio en el grupo, hasta marcharse a finales del 2013. Primera fotografía…

De izquierda a derecha: Joel Ackerson, Megan Slankard, Eric Andersen y Zack Teran.

Esto significa que la banda al principio no tenía batería. Al marcharse Megan Slankard entraría en el grupo Justin Kruger en el 2014, justamente como percusionista. Aquí les tenemos en la segunda foto…

De izquierda a derecha: Justin Kruger, Zack Teran, Joel Ackerson y Eric Andersen.

Y Kruger también dejaría la banda (2017) y nos quedaríamos con la formación actual, al incorporarse un nuevo batería, Miguel Jimenez-Cruz…

De izquierda a derecha: Eric Andersen, Joel Ackerson, Miguel Jimenez-Cruz y Zack Teran.

La banda crearía en el 2013 una suscripción para sus fans en su página web, llamada «The Novelists Book Club», y mediante la subida de dos temas al mes iría aumentando el material. Según he creído entender, todas esas canciones tienen estrecha relación con sus dos primeros álbumes: Backstory en el 2012 y Book 1 en el 2014. The Novelists es una banda fundamentalmente de pop rock, habiéndose rockerizado con la incorporación de un batería. Pero también recogen influencias del country (sonido Nashville) y del estilo Americana. Uno de sus puntos fuertes son las armonías a cuatro voces, especialmente explotadas en sus actuaciones en directo. Aparte de haber tocado en todo tipo de locales y cafeterías en su zona de influencia y participado en diversas iniciativas, se han embarcado en giras por toda la geografía estadounidense y tocado en distintos festivales. Sin embargo ninguno de sus temas se ha convertido en un gran éxito en su país.

Vendrían después dos discos más: el álbum doble Breaking The Script en el 2016…

Y en el 2018 el EP With Drawl

No entro en más detalles sobre su discografía. Diversos medios locales desgranan estos trabajos (por ejemplo este EP en el medio Reno Arts News), y diversos momentos en los que han actuado en diferentes escenarios (me ha ayudado bastante TAHOE ONSTAGE con este artículo y este otro).

Zack Teran, Joel Ackerson, Eric Andersen y Miguel Jimenez-Cruz.

Todos los temas contenidos en su discografía son de creación propia —he escuchado unos cuantos— pero es curioso que lo que más me ha llamado la atención son las excelentes versiones que hace la banda. Así es. The Novelists parecen tener bastante afición a versionar temas ajenos y además lo hacen según mi criterio con gran acierto y magníficos resultados. Y además son temas muy conocidos. Siempre recordando —por si acaso 😀😀😀— que una versión es justamente eso, una versión (no una copia exacta del original con idéntico sonido, etcétera… ), en líneas generales sus covers se mantienen bastante fieles a los originales. Aquí van unos cuantos enlaces, porque el menú es suculento, espectacular: la conocidísima «Everybody Wants to Rule the World» de Tears for Fears; el «Into the Mystic» de Van Morrison; el «That’s All» de Genesis; ¡el «Bohemian Rhapsody» de Queen! (muy grandes, fantásticos; lo escuché hace unas horas y me encantó); y como guinda del pastel ni más ni menos que una versión del grandísimo «Thunder Road» de Bruce Springsteen. Como he señalado, esta última es un buen ejemplo de mantenerse bastante fieles al tema original, siempre salvando la lógica diferencia de que no estamos frente al Boss. Y puede que incluso haya más, pues en una de las crónicas se explica que versionaban a cappella el Billie Jean de Michael Jackson.

En fin, como dije al principio de la entrada, encontrarme a esta banda ha sido todo un regalo. Podría haber incluido aquí las versiones de Queen y Springsteen, de lo buenas que son, pero saldría una entrada con cuatro temas… demasiado.

La versión que hacen del magistral Comfortably Numb de Pink Floyd me parece fantástica, llena de fuerza, pasión y entrega; suena en clave de folk rock y recordemos que aparece aquí Megan Slankard. Los geniales solos de guitarra interpretados por David Gilmour son aquí cubiertos por el piano de Andersen. Actuación en el Hawkins Amphitheater en el Bartley Ranch Regional Park de Reno, octubre del 2013.

¿Qué decir del Africa de Toto? Desde siempre me ha parecido una de las canciones más bonitas que he escuchado jamás. Una de esas canciones «perfectas» que me llevaría a una isla desierta. El sonido que logran aquí The Novelists es magnífico, muy compacto (son cuatro, mientras que en Toto son unos cuantos más), así que resuelven la papeleta con nota alta. Año 2016, con Kruger a la batería…

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Rina Sawayama: XS / STFU!

Quizá deberías apuntarte este nombre: Rina Sawayama. Personalmente ya tomé nota hace tiempo y sin duda seguiré sus pasos en el futuro. ¿Por qué? Porque es una nueva estrella del pop. Sí, emergente, pero el hecho es que ya empieza a despuntar, especialmente en Reino Unido. No es conocida aún por el gran público, a nivel europeo o internacional, pero si sigue así seguramente el éxito y la fama le lleguen de forma incontestable. Mi impresión personal la tengo muy clara: me parece una persona inteligentísima, con mucho talento, con mucho background musical y con muchísimo que decir. Una artista interesantísima. Así que no me sorprenderá lo más mínimo si en un futuro no muy lejano nos regala con grandes canciones y grandes álbumes. De hecho… ya ha empezado a hacerlo. Sí, es cierto que en todas estas cuestiones suele haber un poco o un mucho de lo que los anglosajones denominan hype: demasiadas expectativas quizá, demasiado bombo mediático, demasiado ruido… Visto y oído su talento —para mí— no hay demasiado riesgo de que ese globo vaya a pinchar. Algunos críticos y muchos fans ya se refieren a ella como «el futuro del pop». Veamos por qué…

Esta cantante, compositora, actriz y modelo nació en 1990 en la prefectura de Niigata, pero nos cuentan las crónicas que a la edad de cinco años se trasladó a vivir a Londres junto con su familia.

«Rina was born in Niigata, Japan and moved to London at the age of five with her parents, where she attended Japanese school until she turned 10. She says that attending that school, where she learned Japanese, calligraphy and dancing, was one of the happiest times of her life. Yet though she ultimately loved her high school, which she describes as a nurturing [enriquecedor], multi-ethnic environment, her transition from Japanese school to state school was jarring [conflictivo] and formative».

Rina ha explicado en diversas entrevistas que le costó adaptarse, entender a sus colegas y profesores y aprender el idioma inglés, y que una de las vías que utilizó para ello fue la música pop. A los dieciséis años empezó a subir versiones de canciones en Myspace. Los planes de la familia eran regresar a Japón, pero acabaron decidiendo instalarse en Londres. Sus padres se divorciarían un tiempo después. De hecho hace unos meses —cuando empecé a pensar en esta entrada— leí un artículo donde se explicaba que el padre y marido las abandonó allí al parecer en una situación económica en absoluto cómoda o fácil…

«After her parents’ divorce, Rina was raised primarily by her mother, with whom she shared a room until she was 15. Her mother, an interior designer, would sleep at 10pm and wake up at 2am to work on the laptop the two of them shared, and Rina says she has many memories from this period of just seeing her back from her bunk bed [litera]».  

(Ambas citas extraídas del artículo «FAMILY PORTRAIT: RINA SAWAYAMA» en diymag.com).

Estudió en un colegio dependiente de la Universidad de Cambridge política, sociología y psicología, y se graduó en Ciencias Políticas en dicha universidad.

Pero —esto es importante y dará cierto giro a toda la historia— Rina no tiene la doble nacionalidad japonesa e inglesa. Tan solo la primera. Posee lo que se conoce como un «indefinite leave to remain» (ILR), es decir, un permiso o visa de residencia y trabajo en Reino Unido.

[Ahora voy a explicar un par de cosas, referentes a su carrera y su personalidad. No se trata de cuestiones estrictamente artísticas o musicales. Después se verá por qué lo he hecho].

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Después de sacar varios singles al inicio de su carrera y un EP de título Rina, lanzó su primer LP en abril del 2020, Sawayama, precedido de cuatro potentes singles. Sawayama recibió el elogio casi unánime de la crítica internacional y de medios musicales y generalistas, entrando en infinidad de listas entre los mejores álbumes de ese año. Es así como la conocí. Es cierto que podríamos «ignorar» estas críticas y estas listas, o incidir en su relatividad o sus valoraciones «caprichosas», pero cuando tantos medios importantes señalan un trabajo como relevante, entre los mejores de la cosecha, será por algo. Hay que prestar atención a esas señales, o al menos es mi forma de pensar. Es verdad también que en esas listas puede haber muchas discrepancias y que pueden colarse de hecho cientos de trabajos (aspectos que nuestro lado crítico debe notar), pero las coincidencias también pueden ser muy significativas.

Y en algunas de esas listas el álbum de nuestra artista fue colocado muy alto. Lo tenemos fácil: basta con fijarse en esta imagen, donde sobreimpresionadas sobre la portada de dicho trabajo vemos las valoraciones de crítica y prensa. Sawayama —en un doble sentido, ella y el disco— irrumpió con mucha fuerza…

Como se encarga de señalar un artículo en Billboard.com, la web Metacritic.com asignó al disco 89 puntos sobre 100, algo que solo alcanzarían 12 discos ese año y únicamente dos trabajos británicos: el de Rina y el Songs for Our Daughter de Laura Marling. ¿Y… ?

Justamente lo hemos apuntado antes: Sawayama no tiene la nacionalidad británica. Por esa razón la artista y sus trabajos no entraron en las nominaciones de dos premios muy importantes en Reino Unido: el BRIT Awards y el Mercury Prize. La cantante se quejó o lo denunció en las redes sociales y en diversos medios.

Elton John salió públicamente en defensa de la reivindicación de nuestra artista. De hecho la leyenda del pop ya se había manifestado favorablemente sobre el debut de Rina, al declarar con toda contundencia que su trabajo era “the strongest album of the year by far”. Sawayama era «ineligible» porque la autoridad competente, The British Phonographic Industry (BPI), solo elegía a artistas con nacionalidad británica o irlandesa. Debes presentar documentación que acredite tu nacionalidad, como por ejemplo una copia del pasaporte. Japón no admite la doble nacionalidad, así que hipotéticamente la artista debería renunciar a ella para obtener la británica, algo que no quiere hacer. Dicho artículo se hace eco de una entrevista con el medio VICE, donde la cantante declaró:

«All I remember is living here… I’m signed to a U.K. label [Dirty Hit]. I’ve lived here uninterrupted for the last 25 years. I’m only tax-registered in this country. The whole album was recorded in the U.K. — as well as in L.A. It was mixed in the U.K. My lyrics are in English, except for one verse in one song. I fundamentally don’t agree with this definition of Britishness. I think I’m really British…If I was snubbed [despreciada, rechazada], I would be like ‘Well, OK, fine…Let’s just make a better record and move on.’ But the fact that I wasn’t even eligible is like…I don’t even know what that emotion was. It was othering [discriminante]».

Pues sí, pese a que esos sean los criterios de elección, estoy totalmente de acuerdo con ella: es discriminante.

La BPI se mostró abierta a revisar sus criterios para elegir a los nominados, a lo cual Elton John respondió online: «I am happy to hear that the [BPI] are reviewing the rules that led to Rina Sawayama’s well-deserved album being snubbed from this year’s [Mercury Prize] list of nominees». Y un tiempo después acabó cambiándolas, permitiendo que artistas no británicos de nacimiento pudieran ser nominados si llevaban un mínimo de cinco años residiendo y trabajando en el país. Así que le ganó el pulso a esta institución («artists (like me) will be eligible for nomination without British citizenship»), con lo cual no es extraño que los medios de comunicación hablen de ella reconociéndole este importante mérito: «She fought for British immigrant artists to receive British awards» (en el South China Morning Post). Sawayama fue nominada en los BRIT Awards del 2021 como mejor artista emergente o revelación («rising star»).

Aquí la tenemos ¡entrevistada por la BBC! al respecto de toda esta cuestión: Pop star says she was told she was ‘not British enough’.

Una artista que lucha por sus derechos

Pero la lucha y las reivindicaciones de nuestra protagonista no terminan ahí…

En una entrevista suya que leí también hace meses, Sawayama narraba un encuentro visual en el metro londinense, donde otra chica le dedicó una mirada llena de… sensualidad, deseo, atracción, erotismo… una mezcla de todo ello. No recuerdo sus palabras exactas ni el medio, pero era muy contundente en su conclusión: ese día se dio cuenta de que «también» le gustaban las mujeres.

En un tema y vídeo publicados en el 2018, Cherry, la cantante se declaraba abiertamente bisexual. Después ha ido matizando estas palabras: se considera una persona queer y pansexual, que son términos más amplios. Parte de la letra de Cherry: más claro el agua…

Down the subway, you looked my way
With your girl gaze, with your girl gaze [mirada prolongada]
That was the day everything changed
Couldn’t stay the same
Now it’s Tuesday and I’m thinking [Hoy es martes y estoy pensando]
‘Bout to tuck in, ‘bout to tuck in [En enfriarlo, en enfriarlo (esos sentimientos)]
Telling myself that it’s cheating [Diciéndome a mí misma que es un engaño]
But it’s something else [Pero es algo más]

Even though I’m satisfied
I lead my life within a lie [He vivido en una mentira]
Holding onto feelings
I’m not used to feeling
‘Cause, oh, they make me feel alive

When they tell you that you’ve got to stay the same [Te dicen que debes permanecer igual]
Even though you’re not yourself [Incluso aunque no eres tú mismo/a]
And you’ve got somebody else [Y tienes a alguien]
When they tell you that you’ve got yourself to blame [Y te dicen que debes culparte a ti mismo/a]
Even though it’s not your fault [Incluso aunque no es culpa tuya]
But your heart just wants to know, know

«Sawayama previously called herself bisexual, but now identifies as pansexual. She’s never spoken on record about her sexuality before, but she figured it was clear to anyone listening to her songs: ‘I’ve always written songs about girls. I don’t think I’ve ever mentioned a guy in my songs, and that’s why I wanted to talk about it'».

(En una entrevista en Vice en el 2018).

«The London-based performer is currently in a relationship with a man. Her new song, Cherry, tackles [aborda] the public implications of coming out [declarar públicamente, salir del armario] as pansexual whilst being in a heterosexual couple. ‘It’s the truth for a lot of bi and pan people – they don’t feel authentically queer when they’re in heterosexual relationships, and that is what the song is about'».

(Artículo en GAY TIMES).

La cantante explica muchas cosas y se sincera, especialmente en el reportaje de Vice mencionado. A la pregunta que le lanza el medio sobre esa transparencia sobre su identidad sexual, «So why talk now?», responde:

«For me there’s still a lack of representation,” she says. “I just think the reason I wasn’t so comfortable with my sexuality was because there was no one on TV or anywhere that I could point to and go, ‘Look mom! This person is what I was talking about! Her voice grows quieter and more considered. “The truth for me is that it’s so great I’m able to identify as queer, but realistically, there’s still a lot of shame—from parents or from past experiences.”

Habla de esos «momentos vergonzosos», el primero de ellos cuando a la edad de 8 o 9 años, le contó a su madre que había estado besándose con otra chica y fue reprendida. En cambio, cuando más adelante quedaba con un chico, a su madre le parecía genial, mientras que si le hablaba de citas con chicas no quería oír nada del tema.

La cantante habla de sentir «bifobia» —prejuicios o rechazo ante la condición de bisexual— y de que «tú mismo/a puedes ser tu peor enemigo», ya que por ejemplo experimentó sentimientos contradictorios y dudas acerca de si hacer pública su orientación publicando el tema Cherry:

“Truth be told, for me to put this single out and be out was very nervewracking [estresante]. Again, the biphobia was real in me. I was like, Why are you doing this? You don’t need to do this… It was just like, No, I need to get the story out there. I just need to get myself out there and not worry. Because a lot of these people must be going through these feelings”.

Queer, pansexual… creo que no estará de más acudir a la red para buscar las definiciones exactas. Sí, porque es un tema complejo, delicado, que atañe directamente a uno de los aspectos más íntimos de las personas. Y pueden darse muchas situaciones, como estar confundido o mal informado, como ofender sin querer o queriendo, como equivocarse o meter la pata al hacer valoraciones, reflexionar sobre todo ello, o al hablar o escribir sobre el tema.

«Queer es una palabra que describe una identidad de género y sexual diferente a la heterosexual y cisgénero. Las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero pueden quizá identificarse con la palabra queer. Queer a veces se usa para expresar que la sexualidad y el género pueden ser complicadas, cambiar con el tiempo y no encajar del todo en una identidad u otra, por ejemplo: ser hombre o mujer, o ser gay o hetero.

Por su historia, la palabra queer puede tener un sentido negativo. Antes, queer se usaba (y a veces todavía) para despreciar y faltarle al respeto a las personas LGBTQ. Sin embargo, cada vez hay más y más personas que la usan con orgullo para identificarse a sí mismas. Por eso, no llames queer a nadie a menos que sepas que la persona se siente bien al respecto».

En cuanto a cisgénero… «(a veces cisexual o abreviado como cis) es una palabra utilizada para describir a una persona cuya identidad de género y sexo asignado al nacer son el mismo.​ La palabra cisgénero es el antónimo de transgénero».

Es decir, «la mayoría de las personas a quienes se les asigna el sexo ‘femenino’ al nacer se sienten como niñas o mujeres. Así como la mayoría de personas a quienes se les asigna el sexo ‘masculino’ se sienten como niños u hombres. A estas personas se las llama cisgénero (o cis). Algunas personas tienen una identidad de género que no coincide con el sexo asignado al nacer. (…) Estas personas son transgénero (o trans)».

(Ambas definiciones obtenidas del portal Planned Parenthood).

Es muy interesante esta observación recogida en la Wikipedia sobre el término queer:

«Actualmente, el objetivo de la comunidad queer es el de eliminar las etiquetas sociales y culturales del binarismo, considerando la posibilidad de que las personas se muestren socialmente como deseen sin pertenecer a ningún grupo. Del mismo modo, la comunidad queer sostiene que una persona puede establecer relaciones sexo-afectivas sin definirse a sí misma como homosexual o heterosexual… ».

Y como se ha señalado, «originalmente se usaba en contextos anglosajones para denominar peyorativamente a las personas homosexuales». Así es: a finales del siglo XIX se usaba despectivamente para referirse a las personas que podían sentir atracción o mantener relaciones con individuos del mismo sexo. Nacida en el siglo XVI, la palabra originalmente significaba «raro», «extraño», «peculiar», «excéntrico» e incluso «torcido» o «desviado». Así que usada con una intencionalidad ofensiva vendría a ser un sinónimo de «marica», «maricón» o «tortillera». Fue posteriormente que el vocablo fue evolucionando hacia un sentido más positivo e inclusivo, ya que «fue adoptada durante las décadas de 1920 y 1930 por grupos gais para autodenominarse y dar visibilidad a su orientación sexual». «En la actualidad describe una corriente de pensamiento y una actitud vital que alienta a actualizar la libertad del género, los afectos y las sexualidades». Se busca romper o trascender las férreas etiquetas en el terreno sexual que han pretendido imponer históricamente la política, la educación, la sociedad, la moral, la religión, etc.

En cuanto a la pansexualidad, «es la atracción sexual, romántica o emocional hacia otras personas independientemente de su sexo o identidad de género.​ La pansexualidad es considerada por algunos como una orientación sexual independiente y por otros como un tipo de bisexualidad. No existe un consenso en su definición, ya que cada persona la define según su propia subjetividad».

«A diferencia de otras orientaciones sexuales en las que el género de las personas determina hacia quién se puede sentir atracción (como la homosexualidad, heterosexualidad o la bisexualidad), las personas pansexuales consideran que el concepto del género no es un elemento que entre en juego a la hora de sentir atracción (de ahí el ‘independientemente del género’ de su definición). Desde un punto de vista literal, la bisexualidad se entiende como ‘atracción hacia dos géneros’ (…) por lo que se diferencia del ‘todos’ de la pansexualidad. En el contexto del dualismo de género, los dos géneros objeto de la atracción de la bisexualidad son el masculino y el femenino; la pansexualidad en este contexto reconoce que hay más de dos géneros y que la identidad y expresión de género son flexibles y fluidas».

(Fuente: Wikipedia).

O como se define aquí, «pansexual, which means being sexually or romantically attracted to people regardless of gender, in contrast with bisexual, which means being attracted to people of genders both the same as and different than your own».

Billboard Magazine featured Sawayama in the Pride Month edition of their print magazine.

Así que me imagino que queda más que claro: Rina se define como una artista y una persona queer y pansexual, con lo cual no es extraño que sea considerada un icono o un exponente o portavoz de la comunidad LGBTQ+, como muestra esa portada.

«In August, Japanese-British pop sensation Rina Sawayama took the stage at the Summer Sonic Festival in Japan, performing in front of a crowd of over a thousand attendees. She took a break in her set of pop bangers to speak to the audience—’I’m bisexual, but if I try to have a same-sex marriage here, I can’t,’ Sawayama said. Her comment to the crowd of festival attendees, and the world watching through clips online, was in reference to the current state of LGBTQIA+ rights in Japan, where there is no national legislation protecting queer people from discrimination. Even recently, the Japanese court has declared the ban on same-sex marriage constitutional [ha declarado esa prohibición como constitucional]».

«Many queer Asian youth have to survive the circumstances of growing up in historically religious Asian cultures and the process of coming out [salir del armario] for our community is culturally different than our white counterparts [nuestros homólogos de raza blanca]. Sawayama’s outspoken queerness as a pop figure, using her art to create cultural commentary about the complexities of our intersectional queer and Asian identity, is powerful».

Nos lo cuenta un periodista llamado Andre Lawes Menchavez desde Filipinas, en una web llamada Joy Sauce. Un periodista que también explica que cuando él salió del armario confiándole el secreto a una monja de la escuela, ésta inmediatamente se lo comunicó a sus padres… que no se lo tomaron muy bien precisamente.

«RINA SAWAYAMA IS THE RADICAL QUEER ASIAN POP SENSATION THE WORLD NEEDS» titula Menchavez dicho reportaje. Y es posible que tenga bastante razón.

«There’s never been a pop star quite like Rina. For an artist still working on her debut full-length album, she’s already garnered an immense level of support from both music critics and fans».

«While many of the most outspoken and acclaimed artists began their careers pandering to [complaciendo, amoldándose a] radio stations and mainstream audiences with their sound, Rina made a point to be socially-conscious from the start».

«… she spoke publicly about her pansexuality for the first time, adding herself to the ever-increasing list of famous faces refusing to confine themselves to binaries like gay and straight [hetero]».

«‘I know it makes me sound really old school, but pansexual is a new word for me,’ she says. ‘I grew up identifying as bisexual, because even maybe four or five years ago the language just wasn’t there, I don’t think. It’s such a new thing, so I’ve been getting used to my new identity'».

(Algunos extractos del mencionado reportaje en GAY TIMES).

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Y podríamos seguir. Parece bastante claro que Rina Sawayama tiene bastante impacto en los medios de comunicación, para ser una artista que sacó su primer disco tan recientemente como en el 2020. Esta es una de las múltiples razones que me han llevado a explicar todo esto. Pero todavía hay una arista más de toda esta cuestión: el cuarto single de su álbum de debut, titulado Chosen Family, habla de escoger a tu propia «familia», amistades o seres a los que quieres y que forman tu familia queer, por esa afinidad que trasciende las convenciones sociales e incluso los lazos de sangre. El tema le gustó tanto a Elton John que ambos grabaron un dueto de la canción. Un tema que por sí solo merecería una entrada, pues son preciosas tanto la melodía como la letra…

Clic en la imagen para ir al vídeo…

Tell me your story and I’ll tell you mine
I’m all ears, take your time, we’ve got all night
Show me the rivers crossed, the mountains scaled
Show me who made you walk all the way here

(…)

We don’t need to be related to relate
We don’t need to share genes or a surname
You are, you are
My chosen, chosen family
So what if we don’t look the same?
We been going through the same thing, yeah
You are, you are
My chosen, chosen family

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Pansexual y queer me parecen dos términos perfectos, pues van más allá de etiquetas demasiado limitadas y claustrofóbicas, y siempre he huido de las etiquetas, en todos los aspectos de la vida. Si acaso son etiquetas muchísimo más amplias e inclusivas (son términos paraguas). Definiciones con las que puede sentirse a gusto o identificada mucha gente. Me parecen sensatos e incluso naturales y normales la atracción e incluso el deseo por las personas en sí mismas, más allá del género y la biología. Además siempre he tenido claro que todos y todas somos potencialmente bisexuales. Que después eso se lleve a la práctica o no es otra cuestión; dependerá de adónde te lleven la vida, los sentimientos, los deseos… y de qué hagas con tu vida y tu sexualidad.

Además en este blog ya se ha tocado el tema de este tipo de orientaciones sexuales y supuestos vinculados a artistas musicales. Hace ya bastantes meses, en una entrada dedicada a Janelle Monáe, otra artista que me encanta y que tiene un talento brutal, se hablaba de pansexualidad, pues la norteamericana lo declaró abiertamente a los medios. También escribí una entrada donde Phoebe Bridgers y Matthew Healy, cantante del grupo The 1975, cantan una preciosa canción donde se habla de qué pasa cuando te enamoras de una persona de tu mismo sexo, teniendo que esconderlo y enfrentándote al tabú social, al rechazo, la culpa y la vergüenza: The 1975 ft. Phoebe Bridgers: Jesus Christ 2005 God Bless America.

No me parecía fuera de lugar explicar todas estas cuestiones referentes a Rina Sawayama, por distintos motivos. Uno ya lo he mencionado: empieza a ser bastante conocida, empieza a tener eco en la prensa y no solo por su producción musical, sino por sus reivindicaciones sociales y sus denuncias. Mete caña, es honesta, habla claro. Me encanta. Además usa su música, sus temas y sus letras para presentar todas estas reivindicaciones, reclamar derechos o denunciar injusticias, es decir, está claro que en algunos de sus temas hace activismo. Toda esta crítica social me parece perfecta, y ahora veremos en los dos temas que presento que la crítica se extiende a otros ámbitos. Y finalmente puedo decir que todo lo explicado es parte importantísima de su personalidad e influye, por todo lo dicho, en su obra y sus mensajes. Ahora ya sabemos quién es y cómo es Rina Sawayama.

Vamos con las dos canciones que he elegido para esta entrada. Me parecen dos canciones excelentes, dos auténticos temazos. XS fue lanzado como tercer single del álbum Sawayama, y a estas alturas del artículo no resultará raro saber que también fue considerada una de las mejores canciones del 2020 por algunos medios. «XS», aparte de la obvia abreviatura de «Extra Small» (superpequeño) para las prendas de vestir, tiene otro significado: es una manera coloquial y abreviada de referirse al término excess, que en el contexto de la letra cobra pleno sentido. Sí, porque el tema es una crítica al capitalismo, al consumismo desenfrenado, absurdo, compulsivo, a desear y comprar bienes más allá de nuestras necesidades reales, a la avaricia materialista, y por ende a esta sociedad consumista que impele a sus ciudadanos a consumir y gastar dinero sin freno.

En una nota publicada en la web musical Pitchfork, la cantante explicaba la intencionalidad del tema y su crítica implícita y directa:

«‘XS’ is a song that mocks capitalism in a sinking world. Given that we all know global climate change is accelerating and human extinction is a very real possibility within our lifetime it seemed hilarious to me that brands were still coming out with new makeup palettes every month and public figures were doing a gigantic house tour of their gated property in Calabasas in the same week as doing a ‘sad about Australian wild fires’ Instagram post. I mean I’m guilty of turning a blind eye too, because otherwise it makes me depressed. We’re all hypocrites because we are all capitalists, and it’s a trap that I don’t see us getting out of. I wanted to reflect the chaos of this post-truth climate change denying world… ».

«‘XS’ es una canción que se burla del capitalismo en un mundo que se hunde. Dado que todos sabemos que el cambio climático global se acelera y la extinción humana es una posibilidad muy real en nuestras vidas, me pareció gracioso que las marcas todavía estuvieran saliendo con nuevas paletas de maquillaje todos los meses y las figuras públicas estuvieran haciendo un gigantesco tour por su casa en su propiedad cercada en Calabasas* la misma semana que escribían un post en Instagram [declarando] estar tristes por los incendios forestales en Australia. Quiero decir que soy culpable también de mirar hacia otro lado, porque de otra forma me deprime. Todos somos hipócritas porque todos somos capitalistas, y es una trampa de la que no nos veo saliendo. Quería reflejar el caos de este mundo de posverdad que niega el cambio climático… ».

*Calabasas es una ciudad situada en el Valle de San Fernando en California. Una de las ciudades más ricas de los Estados Unidos, donde gente muy adinerada posee mansiones y propiedades valladas y protegidas por vigilancia.

Como indican algunos artículos que se dedican a analizar la canción, existe un claro contraste entre dos elementos: por un lado la exuberante y muy cuidada instrumentación, donde aparecen violines, una guitarra española, una guitarra metalera, un ritmo pop heredero de las décadas de los 90 y los 2000 —como si de un tema de Britney Spears se tratara— y coros; por el otro, la rotundidad de la letra, cargada de crítica mordaz, sarcasmo y burla hacia una persona [es ella misma pero representa a buena parte de la sociedad] que es presa de esa avaricia consumista compulsiva e imparable.

«Rina literally sings about wanting an excess of everything she just listed in the verse before – mockingly nodding [burlonamente aludiendo a] to those who just want more and more, even though they don’t need any of it». 

(En euphoriazine).

Prefiero sin género de discusión este vídeo donde presentaba el tema justamente para los BRIT Awards del 2021 antes que el vídeo oficial, pues aquí la vemos junto a la banda que la acompaña y la interpretación de todos ellos es fantástica…

De todas maneras aquí tenemos el vídeo oficial, que sin duda es divertido, aunque tampoco es que me entusiasme demasiado. Quizá lo encuentro un poco histriónico. Se trata de una parodia de los programas de televenta y de todo ese consumismo absurdo. La trama gira también en torno a un frasco de líquido dorado, que probablemente es una alegoría de todos esos productos de lujo como perfumes, bolsos, joyas, ropa de diseño… que causan la «locura» de tantos compradores…

Y aquí tenemos el tema traducido al castellano (excelente traducción)…

Y todavía más. Qué bueno, qué intenso…

El tema STFU! en cambio es una crítica y denuncia de planteamientos racistas y prejuicios ya no solo contra las personas japonesas, sino contra los asiáticos en general, sostenidos por personas de culturas occidentales como pueden ser los británicos. STFU es la abreviatura de shut the fuck up, que literalmente quiere decir «¡cierra la puta boca!» o «¡cierra la boca de una puta vez!». Recordemos que en inglés «cerrar la boca» o «callarse» se dice shut up the mouth o sencillamente shut up.

En realidad, siendo aún más específicos, la letra del tema denuncia lo que se denominan «microagresiones racistas», que son un conjunto de actitudes, gestos, comportamientos, palabras, expresiones… que pueden estar asumidos e interiorizados por buena parte de la sociedad y ser vistos como «normales», pero que esconden detrás un evidente racismo y discriminación. Es exactamente el mismo caso de lo que conocemos como «micromachismos». Todo esto, acerca del tema STFU!, está perfectamente explicado en numerosos artículos de prensa digital.

Para entender el mensaje que quiere transmitir el tema, hay que ver y escuchar con mucha atención un diálogo que se desarrolla en el vídeo antes del tema propiamente dicho. Lo ideal, para enterarse bien, es activar los subtítulos del vídeo. Se ve a la cantante sentada a la mesa con un individuo de raza blanca. Y vaya individuo… como se dice coloquialmente, ¡vaya joyita! Rina intenta mantener una conversación con este sujeto. Y digo intenta porque apenas consigue meter baza. Este señor reúne una buena colección de adjetivos no precisamente positivos. Basta con verle y sobre todo escucharle. Es un prepotente narcisista pagado de sí mismo, que en realidad prácticamente solo se escucha a sí mismo en un monólogo donde Rina es constantemente cortada cuando quiere decir algo. Es decir, que es un maleducado de tomo y lomo. Lo que hace este señor con su monólogo es soltar una retahíla de tópicos racistas acerca de las personas asiáticas, en concreto las chinas y japonesas. Pero es que además es un auténtico ignorante sin criterio, ya que mezcla las cosas en un poupurri absolutamente impresentable. O en otras palabras, es un auténtico gilipollas, aparte de narcisista, prepotente, ignorante… ya lo hemos dicho: una joyita.

No creo que todo esto sea una apreciación puramente personal. De hecho el actor que encarna este papel lo clava y está soberbio, pues consigue hacerse desagradable e insoportable. Por ejemplo en este análisis del vídeo se dice lo siguiente:

«… a dinner date from hell with a prize douchebag who can’t tell the difference between Lucy Liu and Sandra Oh but says she is a ‘sexier version’ of ‘literally either’ of them».

Y prize douchebag significa literalmente «imbécil, o gilipollas de primera, de campeonato».

Todavía hay un análisis más exhaustivo y detallado del vídeo de STFU! en ni más ni menos que «The Rina Sawayama Wiki», donde se explica que…

«The music video begins with Rina Sawayama on a date with a man (played by British comedian Ben Ashenden) having a conversation. The man asks Sawayama numerous questions, including whether or not she had visited the Wagamama restaurant at Heathrow Airport, why she sings in English and doesn’t make J-pop music [pop hecho en Japón], as well as compares her to Sandra Oh and Lucy Liu and reveals that he’s working on a ‘new-age Memoirs of a Geisha’. He proceeds to make a movement with his chopsticks [palillos] yelling ‘kee-yah’, causing a grain of rice to jump into Rina’s face, and then he takes it away without her permission saying ‘a little kamikaze mission’. Then, he asks Rina if she’s a mixed-race because she ‘doesn’t look like Japanese’, he says while making slanted eyes with his chopsticks [simula ojos rasgados con sus palillos]».

En esta auténtica ficha del tema y el vídeo hay más cosas, como reflexiones de la cantante sobre las agresiones verbales que sufren las personas asiáticas, y otro vídeo suyo donde explica la gestación de este vídeo.

Atendiendo a todo lo explicado (aunque insisto, lo mejor es activar los subtítulos del vídeo) no es extraño que a Rina se le agote la paciencia y estalle. De hecho una de las frases más graciosas del tema reza patience is overrated («la paciencia está sobrevalorada»). Lo sorprendente es que no corte al individuo en trocitos para hacer sushi con él —no, resultaría demasiado indigesto—. O que se lo cargue a cuchillazos o lo torture cruelmente. Seguramente consideraría tales posibilidades. En cambio «se conforma» con fantasear que le tapa la boca con cinta adhesiva, mientras no para de repetirle que cierre la puta boca.

Musicalmente hablando, el tema —que fue el primer single del álbum— es una perfecta combinación y fusión de pop inspirado en la década de los 2000 y otros estilos como el heavy metal, el hard rock y el nu metal. En cuanto a influencias directas, se cita en las referencias los nombres de No Doubt, Limp Bizkit, t.A.T.u., la banda N.E.R.D. y Evanescence, así como el pop más cañero de —de nuevo— Britney Spears. Particular importancia tiene aquí la influencia del nu metal, ya que uno de los puntos fuertes del tema son unos riffs de guitarra metalera absolutamente demoledores y adictivos. Se cita también a la banda Korn, exponente de nu metal, entre las influencias a considerar.

«El nu metal (también llamado nü-metal, new metal o aggro metal) es un género musical de fusión que combina elementos del heavy metal con otros géneros, como el hip hop, el grunge, el rock alternativo y el funk. El género tuvo gran éxito comercial a finales de los 90 y principios del nuevo milenio. La música nu metal enfatiza la atmósfera, el ritmo y la textura por encima de la melodía y la instrumentación. A menudo, las canciones de nu metal usan riffs rítmicos y sincopados tocados con distorsionadas guitarras eléctricas afinadas en rangos bajos… ».

(Wikipedia)

Unos últimos apuntes…

-La manera en que el energúmeno maneja la comida japonesa. Casi a golpes, sin delicadeza alguna. Una muestra más de su ignorancia, imbecilidad y torpeza a todos los niveles.

-Las risotadas diabólicas de nuestra cantante y la manera de arrastrarse sobre la mesa. Creo que es una especie de reminiscencia u homenaje al cine de terror japonés.

-Cómo combinan y se suceden el estribillo, esta estrofa de pop aparentemente angelical e inofensivo y el riff a lo nu metal…

Have you ever thought about taping your big mouth shut?

‘Cause I have, many times, many times

¿Alguna vez has pensado en taparte con cinta esa puta bocaza?

Porque yo lo he hecho muchas veces, muchas veces

Aquí está y repito: para mí, UN TEMAZO…

Aquí tenemos el tema con la letra en inglés…

La pura verdad es que en los días que descubrí el tema éste volvía a mi mente una y otra vez. Al igual que Rina Sawayama: me cuesta bastante sacármela de la cabeza 😀.

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Daniel Romano’s Outfit: The Motions

Otro nombre propio al que había perdido la pista por completo es Daniel Romano, cantante, músico, guitarrista y compositor canadiense. Desde muchísimo antes de que estallara la pandemia de covid-19 había dejado de oír o leer noticias sobre este interesante artista…

Hubo un tiempo, que se me antoja ahora muy lejano, en que Romano atrajo mucho mi atención. Escuché temas y discos enteros suyos, leí artículos sobre su figura y escribí varias entradas. Ahí tenéis el buscador del blog para despejar incógnitas y conocerle un poco más. Romano ha escrito un buen puñado de excelentes canciones y en esas entradas queda constancia.

De hecho es un artista muy polifacético, pues no solamente es músico: es también poeta, artista visual e incluso un hábil artesano del cuero, ya que ha diseñado por ejemplo correas para guitarras y otros objetos u ornamentos. Además es cocreador de su propio sello discográfico, You’ve Changed Records.

Un compañero de blogosfera con blog musical propio —ALGO DE JAZZ, BLUES, ROCK…— le definió en un comentario aquí, un poco en cachondeo, como «un gamberro del rock» pero creo que acertó de lleno. Romano es un músico absolutamente impredecible e inclasificable, pues toca y fusiona diferentes estilos musicales. Le conocí fundamentalmente como un renovador del country y el country rock al hacer justamente eso: innovar en estos estilos introduciendo múltiples influencias del pop, la cancion melódica, los grandes nombres y cantautores norteamericanos, el rock psicodélico e incluso el punk. Como nos cuenta la entrada de la wikipedia, según la publicación canadiense de actualidad musical Exclaim! se pueden distinguir hasta cinco estilos musicales diferentes en su obra: un sonido folk suave y rústico, un estilo country retro, rock puro y simple, rock psicodélico y por último punk rock. Algunos de estos estilos se adscriben a proyectos colaborativos con otros músicos o a la obra de bandas de las que forma parte (por ejemplo el caso de Ancient Shapes para el punk).

He hecho algo de memoria y me he dado cuenta de que le seguí la pista hasta el 2017. Lo que vino a partir de ese momento es bastante sorprendente. Para empezar, en el 2018 sacó dos álbumes, Human Touch y Nerveless, ambos repletos de su particular country teñido de folk rock.

Pero es que en el 2020 y coincidiendo con el confinamiento —en Canadá— debido a la pandemia de covid-19, Romano sacó nada más ni nada menos que… ¡10 álbumes o trabajos! Sí, diez, tal como acabas de leer. Es realmente alucinante y totalmente inusual. Un verdadero vendaval de creatividad. En un artículo que he leído se argumenta que su actitud y esa prolífica producción se deben en buena medida a un desafío por su parte hacia la industria discográfica, intentando poner de relieve sus actuales limitaciones. De esos 10 trabajos algunos son verdaderos álbumes de larga duración y otros consisten en piezas bastante largas o en un menor número de temas. Además se da todo el abanico de posibilidades: trabajos en solitario, colaboraciones con otros artistas y también algunos discos con la formación protagonista de la presente entrada: The Outfit. La Wikipedia da cuenta de ello, muy por encima. Pero para quien quiera informarse a fondo, tenemos por ejemplo un pormenorizado artículo en la web BEATS PER MINUTE. Se nos explica trabajo a trabajo, señalando que cada disco se ciñe a un estilo en particular (country, prog rock, punk… ). Es muy graciosa una frase incluida en este reportaje. Ahí va: «regardless of its potentially supernatural origin, the music is here».

Se estrenó con Visions of the Higher Dream —en solitario—, puesto a la venta en su Bandcamp por solo 3 dólares canadienses. Pero nos centraremos en los trabajos publicados con la formación The Outfit.

Así publicaron “Okay Wow” tan solo 13 días después del trabajo que acabamos de mencionar. Se trata de un disco en directo, sacado el 28 de marzo de ese 2020. Después de otro disco que nada tendría que ver (Super Pollen, sacado el 24 de abril; power pop con influencias punk) vendría otro trabajo con esta banda: Content to Point the Way, el 29 de abril, inspirado en el country clásico e incluyendo por ejemplo sonidos de slide guitar.

Todavía faltarían otros tres trabajos con The Outfit: Forever Love’s Fool, Daniel Romano’s Outfit Do (What Could Have Been) “Infidels” by Bob Dylan & The Plugz (es una versión completa del álbum Infidels de Bob Dylan, de 1970) y How Ill Thy World Is Ordered. Y así seguiríamos hasta completar ese increíble guarismo de diez publicaciones en un año. En realidad esto es aún más sorprendente. Un «pequeño detalle» que podría omitir pero que voy a mencionar: el décimo trabajo de ese año, el mencionado How Ill Thy World is Ordered, salió publicado el 18 de septiembre. Eso quiere decir que hablamos de un lapso total de… ¡solo nueve meses! Empiezo a pensar que lo de potentially supernatural origin podría ser cierto.

La formación The Outfit estaba inicialmente compuesta por aparte del propio Daniel Romano, cómo no —voz y guitarra—, por David Nardi (guitarra), Roddy Rosetti (al bajo), Ian Romano (batería; es su hermano), Julianna Riolino (voz) y Tony “The Pope” Cicero al órgano. Julianna Riolino tiene una carrera propia y he visto en otros artículos que ha sacado un álbum de debut en solitario. Tenemos varias imágenes del grupo, como la anterior o como esta otra…

Romano y esta banda empiezan a sacar discos en el 2020, pero un artículo en la publicación Exclaim! nos explica que ya hacían actuaciones en directo en el 2019, por ejemplo en un local llamado Lee’s Palace en Toronto, abriendo para otro grupo. Así que queda claro que ya llevarían un tiempo tocando juntos. Y una de las cosas que destacan varios reportajes es lo conjuntados que están, lo bien que suenan y la notable destreza interpretativa de todos ellos, insinuando que es algo así como «una superbanda». Sea como sea, excelentes músicos (se nota escuchándoles, así de sencillo).

Pero aún hay más. Parece que hubo otros músicos implicados en la grabación de esos discos, como por ejemplo Mark Lalama (piano y órgano), Briana Salmena (voces), Victor Belcastro (saxo), y Aaron Hutchinson a la trompeta. De la misma manera otras fotografías pueden encontrarse de la formación…

Investigando un poco descubro que esa segunda chica que aparece en la foto anterior, al lado de Julianna Riolino, es Carson McHone, que ha acompañado y acompaña a la banda en directo (voces y percusión). Ahí la tenemos con el vestido anaranjado…

La producción discográfica de este extraterrestre y su superbanda no se detuvo en el 2020. Publicaron dos álbumes en el 2021, Fully Plugged In y Cobra Poems y otro en el 2022, de título La Luna

Solo para que nos hagamos una idea de la riqueza creativa de Romano y de su eclecticismo al abordar tantos géneros musicales distintos —por si tal cosa aún es necesaria a estas alturas—, decir que La Luna (aquí puedes escucharlo entero, desde la Bandcamp del artista) es una ópera rock que consiste en un largo tema musical dividido en dos partes, y éstas a su vez divididas en 12 secciones. Tenemos una interesante crítica en castellano —acabo de descubrirla— en la web exileshmagazine. Y para que se vea que mi entusiasmo por Romano no es únicamente cosecha mía, extraigo dos párrafos de dicho artículo:

«Una obra insólita, espiritual, contemplativa, romántica, de una pureza y luminosidad impecable, que melódicamente renueva, adapta y moderniza enseñanzas clásicas, sobre todo de pop o rock psicodélico».

«Que el camaleónico canadiense Daniel Romano es uno de los más grandes geniecillos internacionales del rock ‘n’ roll en la última década no debería suscitar muchas dudas a estas alturas de la vida. Que su desenfrenada fertilidad discográfica genera algo de rechazo puede llegar a ser comprensible, pero no justifica el ninguneo ni el menosprecio si se le presta la debida atención».

Ahí queda dicho… y me encanta leer esto.

El tema protagonista de esta entrada pertenece al citado Cobra Poems del 2021. La que aparece en el vídeo y canta es Julianna Riolino. Una preciosa balada con un estribillo que encierra una profunda belleza. Comentaba en una anterior entrada la conveniencia de escuchar varias veces cualquier tema. Y los hechos me han dado la razón una vez más, pues fue a la segunda escucha cuando la belleza de ese estribillo se abrió ante mí (o viceversa) y caló hondo.

All the vicious operations of eternity and bliss [1]
And the every changing moments
Some I witness, some I miss [2]

I’m just going through the motions [3]
Like a sunset, like a stem [4]
On that never-ending highway
Hoping someday to thumb a friend [5]

In the stillness I can hear it
Like a light that’s dying out
Over every humming engine [6]
Over nervousness and doubt

I’m just going through the motions
Like a sunset, like a stem
On that never-ending highway
Hoping someday to thumb a friеnd
Ooh
Friend

Carry me away into a long forgotten drеam
Someone turn the page
I’m losing balance, I’m losing steam [7]
Carry me away, Don’t you hear it when I say?

I’m just going through the motions
Like a sunset, like a stem
On that never-ending highway
Hoping someday to thumb a friend
Ooh
Friend
Ooh
Friend

[Audio Clip]
Why don’t they ask you?
Even in things you’re good at, why do they make you the outsider?

[1] Felicidad, dicha.

[2] De algunos soy testigo, otros se me escapan.

[3] Go through the motions es una expresión que quiere decir «hacer las cosas por inercia, maquinalmente». O «hacer las cosas con poco entusiasmo, o convencimiento, o compromiso, o interés, o considerando que es algo no demasiado importante». También valdría «cumplir con la formalidad» e incluso «fingir».

Así que el título del tema, The Motions, tiene un significado abierto, pero podríamos traducirlo por actos o acciones. Opino que está más cerca de inclinaciones o impulsos («an impulse or inclination of the mind or will»).

[4] El eje de un reloj.

[5] Hacer dedo, autoestop con un amigo (que te lleva).

[6] Un motor que resuena.

[7] To lose steam: perder fuerza, fuelle, las ganas.

Ahora que teóricamente ya habrás visto el vídeo, desvelaré un pequeño «secreto» o «casualidad»: la chica que aparece montando a caballo es justamente Carson McHone…

En definitiva, ha sido un reencuentro grato y muy productivo con Daniel Romano… y su banda. Y me voy con una propina…

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Tom Verlaine: Cry Mercy Judge

No, no puedo olvidarme ni dejar de mencionar a Tom Verlaine. Gran músico —de hecho una figura histórica e importante del rock— y excelente guitarrista, falleció el pasado 28 de enero, con 73 años de edad. Líder del grupo de rock Television y con una carrera en solitario tras la disolución de dicho grupo.

«Television fue una banda estadounidense de rock formada en Nueva York a mediados de los años 1970.​ A pesar de haberse formado en medio de la eclosión del movimiento punk neoyorquino, el exquisito contrapunto guitarrístico entre su líder y vocalista Tom Verlaine y Richard Lloyd, así como su libertad a la hora de componer, hacen de esta banda un fenómeno artístico en sí mismo, libre de toda clasificación. Television fue la primera banda de rock que tocó en el famoso club CBGB, en el que posteriormente tocarían artistas como Patti Smith, Ramones, Blondie y Talking Heads, entre otras bandas importantes de punk y new wave».

«El álbum debut del grupo, Marquee Moon, fue lanzado en 1977 y es considerado una obra maestra y un clásico. (…) A pesar de la calidad superlativa de su obra, Television nunca fue una banda muy popular, y solo con el paso del tiempo han sido justamente apreciados y convertidos en una banda de culto».

(Fuente: Wikipedia).

«Tom Verlaine fue el líder de Television y uno de los guitarristas de rock más influyentes del último medio siglo. Su estilo de tocar no solo fue una rareza en el punk-rock de Nueva York de los años 70, sino que ha permanecido como un islote tan luminoso como envuelto en misterio desde entonces.

En una escena y una generación en la que la simplicidad era no solo una elección estética, sino sobre todo ética (el rudo punk frente al artificio vacío del rock progresivo), la riqueza de matices y la originalidad de Tom Verlaine eran doblemente llamativas.

Al frente de Television, en 1974 y 1975 Verlaine compartía los escenarios del CBGB’s o del Max’s Kansas City con Ramones, los Heartbreakers de Johnny Thunders, Blondie, Patti Smith y Talking Heads, entre otros. Y en aquel rompeolas de personalidades extremas era un músico realmente singular, capaz de despertar de la guitarra eléctrica la poesía que le había inspirado para adoptar el alias de Verlaine en homenaje el poeta francés Paul Verlaine».

(Fuente: El Mundo).

Tom Verlaine y Patti Smith, año 1974.

De este señor tengo varios discos de su época en solitario. Especialmente brillantes me parecen los trabajos Flash Light (1987) y The Wonder (1990) —tengo sendos vinilos—. El tema Cry Mercy Judge precisamente abre su quinto LP en solitario, Flash Light. En él puede apreciarse toda su maestría con la guitarra. Un tema contundente y con un sonido muy cuidado…

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The Beths: Expert in a Dying Field / Knees Deep

The Beths es un cuarteto originario de Auckland (Nueva Zelanda) formado en el 2014. Algunos medios colocan su último trabajo, Expert in a Dying FieldExperto en un campo moribundo [o agonizante]; se supone que es algún campo del saber— entre los mejores discos del 2022 recién concluido.

La banda está compuesta por la guitarrista y compositora Elizabeth Stokes, el guitarrista Jonathan Pearce, el bajista Benjamin Sinclair y el batería Tristan Deck. Deck se unió a la banda en el 2018/19 sustituyendo en la percusión a otro miembro, Ivan Luketina-Johnston. Stokes y Pearce se habían conocido en el instituto y después conocerían a Sinclair y Luketina-Johnston, asistiendo los cuatro a clases de jazz en la Universidad de Auckland.

De izquierda a derecha: Jonathan Pearce, Elizabeth Stokes, Benjamin Sinclair y Tristan Deck.

Estoy ayudándome de una concienzuda crónica de este disco redactada en la prestigiosa web Pitchfork.com (traducida al español para enterarme, eso sí). Nos cuenta dicha crónica que los temas del álbum y sus letras giran en torno a cómo procesar una ruptura sentimental. Por ejemplo explica con mucho criterio que…

«… la separación pasa de ser una ruptura limpia a una llave complicada por las dudas y el cariño duradero, sin mencionar la dolorosa conciencia de que el cariño no fue suficiente o no se dio con suficiente libertad cuando importaba. El tercer álbum de Beths nada en este torbellino de esperanza y angustia, una autopsia emocional que puede ser lo suficientemente difícil para que los arrepentidos interesen a sus amigos cansados, y mucho menos potenciar el tipo de composición ágil con la que esta banda se hizo famosa. Pero los neozelandeses están en su elemento al convertir estas turbias cavilaciones en indie rock de primera, su atractivo inseparable del lirismo casi dolorosamente brillante y sincero de la compositora Elizabeth Stokes».

Las canciones del cuarteto de Auckland son ágiles y rezuman naturalidad, energía y frescura, después de haber escuchado este último trabajo un par de veces —sí, ya tengo el disco y puedo decir sin género de duda que es magnífico, muy bueno (por ejemplo Pitchfork le pone un 8 pelado)—. Precisando más, la citada crónica nos dice que este tercer álbum está «rebosante de power-pop inteligente» y que Stokes y compañía «crean música que tiene una inmediatez azucarada y una atención al detalle artesanal que invita a escuchar con atención».

Así que estamos ante una banda de pop rock indie, que se estrenó en el 2018 con Future Me Hates Me, «vertiginoso y erizado», seguido del discreto Jump Rope Gazers del 2020.

Qué bueno el título: «Mi yo del futuro me odia».

Añadir que el grupo juega con dos importantes bazas: una, la armonía vocal, ya que los cuatro miembros aportan sus voces haciendo coros; dos, la limpieza de las melodías, que suenan bastante cristalinas y naturales sin caer en lo predecible ni lo simplón. A esto debemos añadirle la energía transmitida por la parte instrumental, sustentada en buena medida por las guitarras eléctricas. Si sumamos todo esto, ¿qué tenemos? Pues tenemos frescura, talento y un disco que, como he dicho, se lleva un notable sin despeinarse.

Aquí tenemos el tema que da título al último trabajo y que lo abre. Un tema que… ¡me ha conquistado, por completo! Reúne todas las características que acabo de mencionar y es, sin duda, una gran, grandísima canción salida de la pluma de Elizabeth Stokes.

Me he acercado por curiosidad a la letra y… he hecho muy bien. Efectivamente se habla de una ruptura sentimental y podemos encontrar versos tan buenos como…

And I can close the door on us
But the room still exists
And I know you’re in it

«Y puedo cerrar la puerta sobre nosotros
Pero la habitación todavía existe
Y sé que estás en ella».

O tan poéticos como…

The city is painted with memory
The water will never run clear
The birds and the bees and the flowers and trees
They know that we’ve both been here

«La ciudad está pintada de recuerdos
El agua nunca correrá clara
Los pájaros y las abejas y las flores y los árboles
Saben que ambos hemos estado aquí».

Aunque el misterio queda desvelado con el estribillo. Claro, ese «campo moribundo» es la relación ya difunta…

How does it feel? (How does it feel?)
To be an expert in a dying field
And how do you know? (How do you know?)
It’s over when you can’t let go
You can’t let go, you can’t stop, can’t rewind
Love is learned over time
‘Til you’re an expert in a dying field

«¿Cómo se siente? (¿Cómo se siente?)
Ser un experto en un campo moribundo
¿Y cómo lo sabes? (¿Cómo lo sabes?)
Se acabó cuando no puedes dejarlo ir
No puedes dejarte ir, no puedes parar, no puedes rebobinar
El amor se aprende con el tiempo
Hasta que eres un experto en un campo moribundo».

No solo la letra es buena. La manera en que está construido el tema también es digno de mencionar. Poco a poco va ganando intensidad y creciendo instrumentalmente hasta llegar a un final glorioso, apoteósico. Atención a dicho final —desde el momento en que el hombre de la camiseta roja y tirantes sale a la terraza—. Una explosión instrumental que ha hecho que me rinda por completo y que haya sentido un subidón o una especie de estallido de euforia vinculado a lo que estoy escuchando. Musicalmente hablando, el final es como un orgasmo.

[Un apunte: aconsejo escuchar el tema como mínimo dos veces, mejor tres (este consejo es aplicable siempre a cualquier canción). Es muy difícil familiarizarse con la melodía y apreciar todas las cualidades de un tema con solo una escucha].

Cuánta belleza, cuánta emoción, cuánta energía… Pero qué grandes…

¿Quién dijo que el rock ha muerto? Temas de indie rock como éste certifican todo lo contrario.

Para certificar esas constantes relativas a su estilo y su sonido, aquí va otro excelente tema del mismo álbum: Knees Deep, una canción vigorosa, alegre, fresca y bonita, con un estribillo luminoso y no difícil de asimilar. Un tema quizá algo más pop que el anterior. El vídeo en cuestión nos cuenta una divertida historia en pocos minutos, mostrando sentido del humor y la consecución de un reto en el que los propios músicos se involucran. Muy bueno. Y todo ello asegurándose una descarga de adrenalina más que garantizada. No cuento más…

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Cannons: Hurricane / Dancing in the Dark

Durante larguísimos meses olvidé por completo algo que solía hacer: visitar diversas y reconocidas webs de actualidad y crítica musical y curiosear cuáles habían sido para estos medios los mejores discos y temas del año recién concluido. No había vuelto a pensar en el tema. Y de repente me acordé. ¡Ostras, es verdad! ¡Cuando me identificaba plenamente con ese yo, con esa identidad convencional, cuando ese personaje mental era el gran protagonista, hacía eso! Así que me fui al portal de NPR.org y no tardé en encontrar lo que andaba buscando: las listas de los mejores 50 álbumes del 2022 y de las 100 mejores canciones del 2022. Empecé a mirar e hice un barrido rápido, sin leerme todas las explicaciones. Bien, bien… algunos grupos y artistas que me gustan mucho —Arcade Fire, Björk, Mitski, Florence and the Machine, Angel Olsen, The 1975 y muchos otros… — han publicado nuevo trabajo este año pasado —aunque habiendo estado completamente desconectado de la música ni me he enterado—. Tengo deberes pendientes en ese sentido, aunque ya he empezado a escuchar unas cuantas cosas, y espero en los meses venideros ir presentando aquí los temas que más me llamen la atención.

El caso es que empecé a visionar vídeos de diversos artistas —de algunos incluso varios temas seguidos— y acabé de hecho en YouTube. Y entonces pinché en un vídeo de un grupo llamado Cannons. Lo gracioso del asunto es que Cannons no aparece en ninguna de las listas antes mencionadas. Pero me llevé una grata sorpresa y aquí estoy escribiendo sobre ellos. Parte de la sorpresa es que —y sé que esto podrá sonar bastante sexista, probablemente lo sea, pero también es la pura verdad— la banda está liderada por una rubia explosiva con un físico impresionante. Es atractiva, de eso no cabe duda.

¿Dije «rubia»? Sí, sí, no me equivoqué…

Michelle Joy pone la voz: sensual, envolvente, suave, cálida y bonita. Estas características determinan o influyen en el estilo sonoro del grupo, especialmente por lo que se refiere a los dos primeros adjetivos. La banda se forma en Los Ángeles en el 2013, a partir de la amistad desarrollada desde niños por Ryan Clapham (guitarra) y Paul Davies (teclados y bajo). Ambos empezaron a componer en su adolescencia y buscando cantante acabarían reclutando a Joy como frontwoman del grupo. No tienen una discografía muy extensa. Lanzaron su primer EP Up All Night en 2014. Luego lanzaron su álbum debut Night Drive en 2017. Al año siguiente publicarían un segundo EP, In a Heartbeat. Seguidamente vino Shadows (2019), segundo álbum de la bandaDe ese disco se extrajo el sencillo Fire for You, el cual ganó gran éxito tras aparecer en uno de los episodios de la serie televisiva NeveHave I Ever. Tras firmar con Columbia Records a principios de 2021, Fire for You logró bastante repercusión en las listas alternativas. Finalmente han sacado su nuevo LP en el 2022, de título Fever Dream y compuesto por 11 temas.

Según la publicación crazyminds.es «la estructura sónica de Cannons es sencilla, pero a su vez, es el reflejo sutil de esos estados humanos que están siempre en transición, donde las emociones fluyen libres y sobrevuelan, pero a su vez decaen como simples sonidos endulzados bajo circunstancias intimistas. (…) Se trata de una formación llana, que no se complica la vida con virtuosismos, pero coloca los detalles necesarios para embellecer sus composiciones con un sonido nítido, refinado e intrigante. (…) La suave voz de Michelle te atrapa en su seno y los ritmos de Clapham y Davis convierten esa belleza rubia en un sueño repleto de sensaciones y deseos».

Según el mismo medio Ryan Clapham ha declarado sobre el estilo de la banda: «Nuestra música conduce a sensaciones nostálgicas y melancólicas. Puede experimentarse a bajo volumen, en un restaurante o en un salón, pero también puede oírse a volumen alto y bailarla desinhibidamente en un club. Asimismo, puede escucharse en tus horas más oscuras o cuando estás de fiesta en plena efervescencia. El límite lo pone cada cual». Y la vocalista Michelle Joy añade: «Cuando escuches nuestra música, me encantaría que sintieras que no estás solo. La música siempre ha estado ahí para mí. Es una de las cosas que me ha ayudado en tiempos difíciles. Para los peores y mejores momentos, siempre ha habido una canción».

La verdad es que he escuchado unos cuantos temas y están bien. Las descripciones dadas se ajustan a la realidad. Es pop bien hecho y bien interpretado que cumple con su cometido sobradamente: acompañar, entretener, divertir y generar sensaciones. Los teclados y cierto barniz electrónico de sintetizadores tienen bastante presencia y forman el telón de fondo —por ello son una banda indie de electropop, synthwave y dream pop—, pero la guitarra eléctrica también tiene algo que decir.

Estaba en YouTube y ha pasado lo que ha pasado: me he ido a visionar su vídeo porque la he visto a ella… y su imagen me ha capturado. El tema Hurricane es muy pegadizo y tiene su encanto. Además es simpático —con esos silbidos al principio— y la cadencia y la voz te atrapan con facilidad. Aunque como he dicho hace unos instantes, otro de sus aciertos es el riff de guitarra —muy bueno—. Nota alta para el vídeo. Ella hace acto de aparición —aunque sin capucha— cual Caperucita Roja: vestida de rojo y envuelta en una espectacular capa. El puntazo es que los tres miembros van ataviados de rojo. Michelle

Aquí está el tema Hurricane, cuyo vídeo tiene un toque de humor negro…

Otra de las facetas destacables de Cannons es que han hecho varias versiones de artistas ajenos. Por ejemplo de Kings of Leon, Elvis Presley o The Isley Brothers (muy sensual su versión de Footsteps in the Dark). Con otro tema con el que se han atrevido es el conocido Dancing in the Dark de Bruce Springsteen, nada más y nada menos. Interesante versión, en la que la electrónica en los ritmos y teclados, junto a la suave voz de Michelle marcan la pauta. El resultado es interesante ya que tenemos un tema absolutamente distinto en sonido y estilo al original del Boss, pero ahí está la gracia de las versiones: aportar algo original y diferente.

Lo que me ha gustado también es que escuchando esta dulce versión en la voz de Michelle me he dado cuenta —aún más si cabe, o mejor dicho desde un ángulo distinto— de lo grandísima que es esta canción del Boss y de la enorme fuerza que tiene.

Cannons, una banda de la que tomamos nota y a la que intentaremos seguirle la pista.

Sobre todo a la rubia. ¡No, no puedes decir eso! ¡Impresentable! ¡Borra, borra!

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Nos ha dejado un guitarrista único y excepcional: Jeff Beck

Muy probablemente —aunque estoy bastante convencido— el universo y la realidad son «neutros» o «imparciales», observados desde una óptica humana. Somos los humanos los que reaccionamos a los eventos y acontecimientos de mil maneras: con emociones, sentimientos, pensamientos, reacciones —valga la redundancia— y cómo no con actos, maneras de comportarse y formas de ser y de vivir.

Pese a esta aparente y probable neutralidad, es difícil mantener la ecuanimidad muchas veces. La realidad puede asestarte mazazos, y es así como hace un par de días «me golpeó» con fuerza: nos ha dejado uno de los mejores guitarristas de rock de todos los tiempos, el inigualable Jeff Beck.

La tristeza, la emoción y las lágrimas vinieron a visitarme y se quedaron conmigo durante unos instantes, unos minutos. Pero se transmutaron —mucho mejor así— en aceptación de los hechos y serenidad. Así son las cosas, así es la vida… y la muerte. Como bien reza esa conocida frase, la vida es todo aquello que va ocurriendo mientras uno/a hace sus planes por otro lado.

Lo siento, sí, lo siento muchísimo y es casi imposible no sentir pena y a la vez cariño y una inmensa gratitud. Llevo dos días pensando en esta entrada y escuchando temas tuyos y tengo que decirte con un guiño, aunque suene contradictorio y macabro, que estás bien vivo, cabronazo. Y me alegro de que así sea.

Las crónicas, los artículos de prensa y las entradas ya se están encargando de explicar con todo detalle cómo y por qué fuiste uno de los músicos más influyentes y respetados desde los 60 hasta nuestros días y que dejaste una indiscutible huella en grandes nombres como Jimi Hendrix o Led Zeppelin. Que fuiste un verdadero pionero en fusionar estilos como el rock, el jazz y el blues, una figura clave para entender la génesis del blues rock, el rock duro y la psicodelia con tus distorsiones guitarrísticas. Que no te quedaste ahí, sino que tu paleta estilística y tu eclecticismo te llevaron a mezclar muy distintos géneros y a experimentar sin miedo. También reflejarán que en una lista de los mejores guitarristas de la historia elaborada por la revista Rolling Stone, figuras en el quinto lugar solo por detrás de Jimi Hendrix, Eric Clapton, Jimmy Page y Keith Richards.

También explicarán las variadas razones por las cuales no alcanzaste la fama de una forma rotunda, como por ejemplo hace esta crónica en EL PAÍS:

«Ganó ocho premios Grammy y era miembro del Salón de la Fama del Rock por partida doble, por su carrera en solitario y como miembro de The Yardbirds. Sin embargo, nunca tuvo un reconocimiento a la altura de Hendrix, Clapton o Page. Una de las razones es las pocas ganas que tenía de hacer carrera en un solo estilo. Prefería diversificarse, la aventura. Y el ensimismamiento: siempre tocaba para darse placer y no para adaptarse a los gustos del gran público. También le lastró que no tuvo relevancia como cantante… ».

Y apuntan también a que no quiso mantenerse por más tiempo con una única formación musical, a semejanza a lo de no «adherirse» a un solo estilo musical. Y a pesar de todo esto, ha sido uno de los guitarristas más venerados por sus compañeros de profesión, una referencia inequívoca que como se ha dicho ha marcado un camino y dejado unas influencias. Aunque nos dejó algunos grandes discos y un puñado de extraordinarios e impagables temas, me atrevería a decir que la «leyenda» de Beck se sustenta en algo más intangible e inatrapable, en algo que no por ser más sutil pasa inadvertido: su talento, su maestría, sus riffs de guitarra.

Tenía que «volver» hoy aquí y escribir algo, como recuerdo y como homenaje. Ha sido una dura y triste noticia para los amantes del rock en general, pero me gustaría añadir que me ha sido inevitable acordarme de ti, Luis (LROTULA). Pero me voy con una sonrisa, porque pensando en la eternidad y la atemporalidad queda poco margen de duda para asegurar que músicos y artistas en general logran alcanzar ambas cosas.

El mejor recuerdo y el mejor homenaje son escuchar tus discos y tus temas. Descansa en paz.

«Beck’s Bolero». Gran tema y precioso riff de guitarra…

«Where Were You». Maravillosa. Profundos y envolventes dibujos hechos con la guitarra. Pura poesía…

«Heart Full of Soul» (The Yardbirds).

«El segundo éxito Top 10 de los Yardbirds (…). No solo imita un sitar durante el riff familiar que suena a lo largo de la canción, sino que también saca uno de los primeros solos con mucha distorsión jamás grabados».

(En futuro.cl)

«She’s a Woman», de su álbum en solitario de 1975, «Blow by Blow». Versionando un tema de The Beatles…

«Scatterbrain». Del mismo trabajo. Sensacional, impresionante. Un torbellino imparable de energía.

«… un jazz-rock delirante, en que capas y capas de guitarras se entrelazan con sintetizadores y bases funk. (…) ‘Scatterbrain’: un dinámico ejercicio, mutante y tarareable, que podría ser una cima de Frank Zappa».

(En timeout.es)

«A Day In The Life» (Live at Ronnie Scott’s). Una magistral interpretación instrumental del gran tema de The Beatles, nada fácil de versionar en esos términos. Una vez más, absolutamente sensacional. Por temas como éste: gracias, gracias, infinitas gracias, maestro. Las lágrimas y la emoción vuelven, sí.

«Cause We’ve Ended As Lovers»: en la misma actuación en vivo (con un acompañamiento musical absolutamente de lujo) tenemos otra de sus interpretaciones emblemáticas. O de cómo sacar de una guitarra profundos lamentos. Muy lírico, un tema escrito por Stevie Wonder y versionado por Beck.

«I Ain’t Superstitious» (The Jeff Beck Group). Muy buena la explicación dada, de nuevo, en futuro.cl:

«El clásico de Willie Dixon fue grabado originalmente por el legendario músico de blues Howlin ‘Wolf en 1961. Pero es la versión de Beck con Jeff Beck Group, que incluye a Rod Stewart en la voz y Ron Wood en el bajo, la que duele más. Todos juegan para ganar, especialmente Stewart, quien ofrece una de sus mejores actuaciones. Pero no hay duda: la canción pertenece a Beck, cuya guitarra penetrante apuñala cada línea».

«Freeway Jam». Tema escrito por Max Middleton, teclista en el Jeff Beck Group. Gran exhibición musical y excelente solo de guitarra, uno de los más conocidos de nuestro protagonista…

«Goodbye Pork Pie Hat». Otra performance con la guitarra muy sentida…

En el Festival Jardins de Pedralbes de Barcelona, en el 2018. Con 74 años a cuestas, nuestro amigo metiendo una caña impresionante…

«Beck-Ola» (1969), el sensacional segundo LP en solitario del guitarrista. Con Ronnie Wood y Rod Stewart…

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Pink Floyd: Hey Hey Rise Up

Bendita sea la guitarra de David Gilmour, y benditos sean sus solos.

Bendita sea la solidaridad humana.

«Una amiga ucraniana, crítica literaria de gran talento, cogió un libro antes de huir de Kiev junto a su marido. Más tarde descubrió que se trataba de El ruido y la furia. No podría ir mejor con el estado de ánimo de los opositores a la guerra, que son elocuentes en su indignación. Tal vez Tolstoi tenía razón después de todo: son los aparentemente poderosos los que carecen de una humanidad plena y no aquellos a quienes intentan dañar».

(Catriona Kelly para eldiario.es).

Bendita la fuerza moral de las gentes sencillas e inocentes.

En las antípodas de todo esto —malditos— están los que obran mal. Los que expanden el mal. Los que promueven la locura de la guerra. Los que siembran la destrucción, el horror, el sufrimiento, el dolor, la muerte. Los que no parecen dar demasiado valor a la vida humana. Los que mienten, engañan y manipulan. Los que lo supeditan todo a ideales, objetivos y ambiciones. Los que actúan movidos por el resentimiento, el odio o pensamientos negativos. Los que se dejan llevar por el fanatismo y los delirios nacionalistas y expansionistas. Los que amenazan e intimidan. Los que cometen crímenes de guerra y atrocidades —no existen guerras «limpias», «correctas», inocuas o justas—. Los que cada vez más recuerdan a Adolf Hitler y la Alemania nazi.

Benditos quienes tienen la conciencia en paz.

Toda la información sobre este regreso musical después de 28 años de silencio, por ejemplo…

… en rtve.es.

… en elDiario.es.

… en BBC News.

La referencia de Catriona Kelly a Tolstoi está incluida en un excelente artículo en la web de eldiario.es. En él se analizan las claves y razones —y se intentan entender, en la medida de lo posible— que han llevado a Putin a invadir Ucrania. También se explora qué se puede hacer para contrarrestar su poder y sus decisiones: Qué hacer para parar a Putin: las ideas de cinco voces expertas.

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Samuel Barber: Adagio para cuerdas / Platoon / Vladimir el loco

Cuatro imágenes de la ciudad de Irpin. Putin dice que está «liberando» Ucrania…

La guerra. La guerra esta vez en Ucrania. Una más. Las guerras. El horror. El infierno. La pesadilla. Se nos quedan cortas las palabras, las consideraciones y los adjetivos para describir y condenar tanta barbarie, esa pesadilla hecha realidad. Lo que está sucediendo es muy fuerte, muy serio, muy triste. Lo que está sucediendo es absolutamente demencial. Podríamos calificarlo de «increíble» —porque provocara nuestra incredulidad—, pero por desgracia esto sería cierto solo en parte, pues las guerras parecen consustanciales al ser humano y a toda la historia de la humanidad. Y sin embargo, supongo que te pasa lo mismo que a mí, algo clama dentro de ti diciendo «pero, ¿cómo puede ser?», porque si no clamara significaría la más absoluta indiferencia, significaría algo parecido a estar muerto o embotado.

A veces recuerdo un momento gracioso con una pareja sentimental que tuve. Cada vez que yo, en determinadas circunstancias, reflexionaba en voz alta diciendo «parece mentira», ella me contestaba totalmente en serio pero a la vez haciendo broma: «pero es verdad». Y nos reíamos del intercambio de frases y de la situación. Pues por desgracia aplica a lo que está pasando en Ucrania. He puesto aquí cuatro fotografías pero podrían ser y son centenares las estampas de este dantesco espectáculo —espectáculo, por cierto, casi retransmitido en directo por las televisiones, como si otro clavo viniera a remachar esa mezcla de indiferencia, impotencia y familiaridad con el horror—. Esto también me parece demencial, aunque seguro que no es indiferencia lo que sienten miles de personas al informarse de la guerra por los medios. Es tal el grado de destrucción, devastación, horror, locura y sufrimiento que faltan las palabras. Y por qué no decirlo también, de maldad y crueldad. El drama humano es de proporciones colosales, ya no solamente por las bombas y los muertos, sino por todos los que se ven forzados a huir del país. «Parece mentira», sí, que esto esté pasando en el corazón de Europa y que estemos dejando que pase. Las dimensiones del drama y de la catástrofe superan de lejos cualquier ola migratoria que hayamos visto en cualquier frontera europea. Hay un componente aquí —es opinión personal— de hipocresía, pues cuando han sido miles los migrantes que han llegado por ejemplo a las fronteras de Turquía y Grecia, parecía que los gobiernos europeos miraban hacia otro lado, algo incómodos. Por supuesto, ahora es una guerra con una cifra de refugiados que supera ya los tres millones de personas. Es decir, el drama, la catástrofe y la locura exponencialmente aumentados. Es un mal antecedente la «contemplación» de esas olas migratorias, así como es también un mal antecedente que presenciemos guerras que devastan países enteros como Siria, Libia, Irak o Yemen, conflictos enquistados como el de Palestina o crímenes de lesa humanidad contra los rohingyas en Myanmar. Es muy desagradable y triste ver que suceden todos estos hechos y que nos vamos insensibilizando frente a ellos porque, en cierta manera, no nos queda más remedio.

Refugiados sirios en la frontera entre Turquía y Grecia

Quiero dejar bien claro que cuando hablo de hipocresía no me refiero a la actitud o la reacción de por ejemplo la Unión Europea frente al estallido bélico en Ucrania, sino precisamente a sus actitudes frente a los conflictos anteriormente mencionados (de toda la sociedad en conjunto), porque parecen afectar mucho menos ya que —sí, lo has adivinado— nos quedan lejos. Parecería que existen diferentes raseros para medir. Y así va creciendo la tolerancia y la indiferencia medida (como siempre, bañada de declaraciones bienintencionadas), como si se nos fuera inyectando la dosis poquito a poquito. Hasta que la desgracia explota en nuestras narices. Entonces sí, saltan todas las alarmas. Y es lógico que salten, ante un drama como el de la guerra en Ucrania (me gustaría que se me entendiera bien). Podríamos decirlo de otra manera. A ver, por ejemplo… ah, ya lo tengo: Putin intervino directa y decisivamente para salvarle el cuello al dictador sirio y su régimen. ¿Qué hicieron las potencias occidentales? Poca cosa, por no decir nada. Y una de las (grandes) preguntas que yo plantearía, al respecto del ataque a Ucrania, es ésta: ¿cómo y por qué hemos llegado a este punto? ¿cómo hemos permitido que se llegara a este punto? No sé si se entiende lo que quiero apuntar: el camino sembrado de miguitas (guerra tras guerra) en la historia de la humanidad, incluso en los tiempos que nos toca vivir, es el mal precedente o el pésimo síntoma al que me refería. El problema es estructural, de fondo. El maldito sistema en su conjunto, el tinglado socioeconómico, los intereses que lo mueven todo. En este caso, el interés de Putin —el agresor—, pero también los intereses de muchas otras naciones. Lo de siempre. Nada nuevo bajo el sol. A tal respecto, Krishnamurti, con el que volveré más adelante, tiene algo que decir…

La humanidad somos todos y todas, del primer al último ser humano. Y por doloroso que sea hay que hacer autocrítica. Entre otras muchas razones (el sufrimiento y la muerte ya bastarían) porque el ser humano parece ni aprender ni evolucionar en positivo y erradicar las guerras. Parece, visto lo visto, imposible. Ahí van tres expresiones muy, muy manidas pero que explican en buena parte que pasen estas cosas. O sea, que si no las formulamos a la ligera invitan a la reflexión…

La primera: «El hombre es un lobo para el hombre» (en latín, homo homini lupus), una frase utilizada por el filósofo inglés del siglo XVIII Thomas Hobbes en su obra El Leviatán (1651) para referirse a que el estado natural del hombre lo lleva a una lucha continua contra su prójimo. Es gracioso, porque es muy frecuente hacer alusión a los animales (por ejemplo calificando al ser humano de «bestia»), cuando en verdad el homo «sapiens» (¿?) es más cruel, sanguinario y malvado que el más feroz de los animales salvajes.

La segunda: el ser humano es capaz de lo mejor pero también de lo peor. Y la tercera: que el cielo y el infierno están aquí mismo, en la Tierra, en el corazón y la mente de las personas, y por ende también en los actos que se derivan. Y tanto que sí. Lo vemos constantemente, ahora también en esta guerra.

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Los tristes acontecimientos que estamos viviendo me hicieron rectificar sobre la marcha y cambiar por completo el microrrelato con el que iba a participar en el reto literario del blog de Lídia Castro (en su edición de marzo del 2022). En este reto debes confeccionar un relato que tenga como máximo 100 palabras (sin contar el título) y deben aparecer los elementos mostrados en una carta y un dado. En el reto de marzo eran…

Como elemento opcional, se podía hacer alguna referencia a una catapulta o su invención. Éste fue el relato que escribí y le puse en un comentario a Lídia el 3 de marzo:

«Vladimir el loco»

Bebía vino y reía. Reía en su locura y fanatismo.
«Nos anexionaremos el país vecino —’hermano’—, ensancharemos la gran madre patria. Aunque nos separara la cordillera más escarpada… Si osan atacarnos desataremos la hecatombe nuclear a escala planetaria».
Los miembros de su gabinete eran cotorras que repetían «amén» a todo. No le importaba causar miles de muertos, también entre los suyos. Bombas, destrucción, horror, sufrimiento, refugiados.
Miraba en el reloj la cuenta atrás, ya que había mentido cínicamente sobre sus planes. Reía y reía. Nada le importaba.
«Esta decisión me catapultará a los libros de historia. La gran madre patria».

Después de escribirlo estuve pensando y la verdad es que hubiera hecho una pequeña modificación en la parte final, sin variar el total de cien palabras. Habría quedado así:

Miraba en el reloj la cuenta atrás. Había mentido cínicamente sobre sus planes. ¡Cómo reía! Nada le importaba.
«Esta decisión me catapultará a los libros de historia. El nuevo zar. La gran madre patria».

Quiero puntualizar que utilicé el apelativo «loco» digamos que para simplificar las cosas, y por imperativos de espacio, es obvio. No lo utilicé como quien asigna fácilmente etiquetas a las personas, lo cual me parece un error de apreciación muchas veces, una precipitación en la diagnosis. Y obviamente decir que una persona es A o B o C es emitir un juicio, con lo cual te arriesgas a que sea relativo o desacertado. O sea, no creo que literalmente esté loco (tampoco me gusta usar calificativos que aludan a la salud mental, pues es un tema con el que se estigmatiza a quienes padecen trastornos). No está para que le pongan una camisa de fuerza, pero sí opino que se le ha ido mucho la cabeza. Hay una diferencia y ahora voy a matizarla.

Después —ayer concretamente— estuve reflexionando sobre lo que podemos denominar «el problema del mal» (volveré sobre ello también). O sea, ¿por qué existe el mal en el mundo? ¿Por qué algunas personas obran mal? Consulté un par de textos (ya lo había hecho tiempo atrás) para ver qué dice el budismo sobre el problema del mal. Una de las cosas que dice —y estoy de acuerdo— es que los conceptos de bien y mal no son absolutos, sino relativos. Siempre algo será bueno o malo en comparación a otra cosa, y dependerá del contexto. «Bueno» o «malo» son en definitiva juicios, como apunté hace unos momentos. Así, según determinados puntos de vista una persona o un acto será bueno o no, o en una gradación determinada dentro de una escala.

Voy a lanzar la «gran» pregunta, e incluso algunas personas puedan extrañarse de que siquiera me atreva a formularla. Soy consciente de que haciéndolo hasta podría meterme en un jardín lleno de zarzales, o ser totalmente malinterpretado. Nada más lejos de mi intención que defender al presidente ruso, y muchísimo menos justificar sus decisiones y sus actos: el ataque y la invasión a Ucrania son brutales, despiadados, criminales. La pregunta es: ¿es Putin una mala persona, fundamental o intrínsecamente? Quizá contestar «sí» o «no» no nos aporta gran cosa, o al menos así lo creo. No hay verdades absolutas. Ahora bien, aunque dijéramos que Putin NO es una mala persona, me parece más útil y esclarecedor decir que desde luego no es o parece demasiado buena persona. No es desde luego un dechado de bondad y amabilidad, y si lo es lo será con «los suyos» o con quien le interese. Parece a todas luces una persona bastante fría, calculadora, dura, inflexible. Parece bastante carente de sensibilidad y empatía hacia sus semejantes. Gobierna con mano de hierro y no duda en silenciar, oprimir o incluso asesinar a disidentes o exponentes de la libertad de expresión o de prensa, a cualquiera que se atreva a criticar al régimen. Es una persona absolutamente determinada a llevar a cabo sus ambiciones, planes, deseos, sueños. Es, a mí no me cabe duda, un tirano, un dictador, un déspota. Así que desde luego dista mucho de ser buena persona. Ahora bien, creo que también ha de ser capaz de sentir cosas positivas y hermosas, de sentir amor por ejemplo. Creo que intentar hacer un juicio objetivo de este dirigente puede ayudarnos un poco a entender por qué se comporta así. Prefiero hacer eso que colgarle una simple etiqueta («es malo»). Sí, ya sé que mi postura es algo extraña y contradictoria. Quiero decir que argumentando que es un dirigente muy duro, inflexible y frío en la ejecución de sus ideales y sus ambiciones ya define bastante bien al personaje.

Van pasando los días —iré escribiendo esta entrada a trozos, en distintos días cuando tenga tiempo… y aún tardaré— y continúa la guerra, el horror, el sufrimiento, las muertes. Es una absoluta locura. Me quedé preguntándome y preguntando si Putin es realmente una mala persona. Ya sé, muchos no dudarán un segundo en contestar afirmativamente, e incluso pueden extrañarse de que llegue a dudarlo. Lo que quiero decir es que simplemente ponerle la etiqueta de «malo» (o de «loco») me parece excesivamente fácil, que es muy diferente de defender a ultranza que no es malo. Me parece, vistos los horrores y toda la devastación y muerte, que no nos equivocaríamos demasiado en calificar a Putin de monstruo, e incluso, sí, de loco peligroso. Yo hilaría más fino y lo expresaría de otra manera. Diría y digo que Putin es un fanático de los pies a la cabeza, peligroso por tanto, y que está absolutamente imbuido por unos ideales. Como he dicho, se muestra inflexible, duro y determinado a hacerlos realidad. Y se puede decir de él que es un monstruo (o un tirano) en el sentido de que parece no importarle en absoluto el precio que haya que pagar para ver materializados esos sueños, esos objetivos. Esto incluye, como desgraciadamente estamos viendo, miles de muertos, destrucción, sufrimiento… la invasión de un país entero para hipotéticamente anexionárselo y controlarlo. Son muchas las personas —con toda la razón— que ya han trazado el paralelismo con la Alemania nazi que invadió Polonia dando inicio a la Segunda Guerra Mundial, y muchos son los que se preguntan en voz alta qué hubiera pasado (y sobre todo no pasado) si se le hubieran parado los pies a Hitler a tiempo. La siguiente cuestión lógica en la que todos pensamos parece muy obvia: ¿parar los pies a Putin? Y sobre todo… ¿cómo? Se sobreentiende sin tener que verse arrastrados a un conflicto europeo o globalizado —extendido— con empleo de armas atómicas. Pues eso sería como un suicidio colectivo. Putin utiliza el chantaje del posible empleo de armas nucleares obviamente para meter miedo, amedrentar y que le dejen hacer, sabiendo que es muy difícil que le detengan de forma directa, lo que implica combatir a los soldados rusos. Soldados rusos —ya que los menciono— que por lo que está trascendiendo han ido a esa guerra totalmente engañados, ignorantes (la maquinaria del control total de la información) y con el cerebro lavado: vais a liberar a un pueblo, a una nación de una pandilla de nazis que está cometiendo atrocidades con los ciudadanos rusos, sobre todo en el Donbass. Ésa ha sido una de las ideas propagandísticas usadas.

Una de las cosas que más me «sorprende» o choca, en cuanto a Putin, es esa aparente frialdad, tranquilidad y hasta naturalidad con la que hace ejecutar sus planes y sencillamente toma la vía directa, la acción (la política de hechos consumados, creo que esta expresión lo define muy bien). No sé si son la frialdad y la tranquilidad de un psicópata y un sociópata. Muy, muy probablemente. Entonces… ¿este señor no es malo, un demonio? Como apunté, parece carecer de empatía o consideración a nivel humano, en cuanto al sufrimiento y el horror infligidos, ese altísimo peaje que debe pagar el ciudadano de a pie. También da bastante la impresión de que la vida en Rusia no está excesivamente valorada, a nivel general. Putin sería el exponente perfecto de esto, y que quede claro que ni quiero ni me atrevo a generalizar sobre todos los ciudadanos rusos. Sería imperdonable por mi parte.

Cuando he dejado caer que quizá Putin no era «malo» en un sentido absoluto e indiscutible (pues tiene sus ideales, ambiciones, etc.) pensaba también que seguramente para mucha gente, especialmente ciudadanos rusos, no será una mala persona en absoluto; simplemente un líder fuerte y ambicioso que persigue sus objetivos con determinación. Que defiende a la nación rusa, sin duda, y aquí tienen un papel clave el nacionalismo y el patriotismo. Y muchos ciudadanos sencillamente le aplaudirán y le apoyarán, y mucho más si están muy controlados los medios informativos. Con esto quiero decir que la percepción de que Putin pueda ser mala persona, o un tirano, no ha de ser algo de carácter universal. Habrá gente a quien su forma de actuar le parezca bien y lógica. Obviamente todos los palos y las críticas se las lleva principalmente desde Occidente. No hace falta decir que él sostendrá que desde el mundo occidental se le demoniza absoluta y descaradamente. De la misma manera y en el otro lado de la balanza, sabemos y tenemos muy claro que muchísimos ciudadanos rusos desaprueban su gestión y su autoritarismo gobernando, y que condenan sin paliativos esta nueva guerra en la que se ha embarcado. Un ejemplo muy claro de esto lo tenemos en la entrada de Tatiana (laacantha), en la que se declara en contra de toda esta locura absurda. Desde aquí le vuelvo a expresar mi apoyo y mi comprensión. También sabemos que han sido cientos los detenidos en Rusia por manifestarse contra esta guerra, y que por otro lado se está produciendo una injusta estigmatización de ciudadanos e intereses rusos en todo el mundo.

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Confieso que por momentos me siento un auténtico imbécil, un absoluto primaveras (un iluso demasiado bienintencionado) al preguntar si Putin es en sentido absoluto una mala persona. Insisto en que a todas luces es una simplificación. Pese a ese simplificar, parece acercarse a la realidad de los hechos con una alta precisión. Y uno de esos momentos en los que me he sentido así de ridículo ha sido al leer esta entrada en el blog de TORO SALVAJE: ESOS HUMANOS REPUGNANTES.

«Entonces fue cuando pensé
en todos esos humanos repugnantes
que miran hacia otro lado
y con argumentos de ratas cobardes
intentan justificar todo lo que está sucediendo».

Coincido totalmente. Esas decisiones tomadas en los despachos, en los gabinetes de los gobiernos, donde pesan más todas esas motivaciones y esos intereses que todos tenemos en mente: intereses económicos, las ganancias con las que lucrarse, la geopolítica, todas las luchas de poder, la ambición, el negocio armamentístico, la lucha en definitiva por la hegemonía mundial, en la que los principales actores son los Estados Unidos, Rusia, China (estos dos intentando desestabilizar, está claro) y en general Occidente y la Unión Europea (si es que pinta algo, que no parece mucho, pero sí). Ratas cobardes mirando hacia otro lado. En los despachos y también en la calle. No resulta nada fácil saber qué es lo correcto a hacer. ¿Venderle armamento a Ucrania? ¿Es adecuado y sabio contestar a la guerra con más guerra? Por otro lado, si no lo haces, ¿estás permitiendo que se masacre aún más al pueblo ucraniano, defendiéndose en una inferioridad más que evidente? Pero si armas al pueblo ucraniano, puede pasar que el conflicto se enquiste y pueda durar meses o incluso años. No creo que nadie quiera eso, ni tan siquiera Putin. Quizá no lo quiere, pero quizá es tan frío y calculador que estaría dispuesto a verse en ese escenario. Y si te involucras directamente, vendiendo armamento o interviniendo en el espacio aéreo ucraniano, puede que todo acabe en una guerra a gran escala. No es fácil, aunque lo deseable y sensato sería negociar y llegar a unas condiciones de alto el fuego aceptables para todos. No me gusta nada el papel de los Estados Unidos, por cierto. Ni el de Biden. Si bien es cierto que debe existir cierto equilibrio de fuerzas en la escena mundial, y que los EE. UU. se erigen como teóricos «garantes de la democracia, las libertades y los derechos humanos». Pero no hay verdades absolutas, nada es absolutamente blanco o negro. Putin dice que Rusia se siente amenazada por la expansión de la OTAN y el establecimiento de bases y misiles tocando a sus fronteras. No se hace mucho hincapié en esto en los medios occidentales (China sí lo puso de relieve hace pocos días en un encuentro). Los Estados Unidos, defensores de las libertades pero que a la vez tienen mucho que callar cuando se arrogan ese papel. El país que puso el grito en el cielo cuando la crisis de los misiles en Cuba. El país que invadió Iraq en busca de armas de destrucción masiva que jamás se encontraron. Etcétera.

Es cierto que no me gustaría nada un mundo bajo la hegemonía de países como Rusia o China, regímenes autoritarios donde la democracia brilla por su ausencia y los derechos civiles y libertades son aplastados. En ese sentido tomo partido claramente y prefiero la tutela de los norteamericanos y de Occidente en general. Pero distan mucho de ser perfectos en todos los sentidos, e inocentes actores solamente cargados de nobles intenciones. Para nada. Tienen sus intereses, como potencia económica que son y en el tablero de la geoestrategia y esa hegemonía en liza desde hace tiempo.

Tampoco me gusta ni convence demasiado Macron —ya no hablemos del cretino de Boris Johnson— ni otros dirigentes europeos. Y tampoco me convence Zelenski al 100%. No sé qué hace hablando a los parlamentarios estadounidenses, canadienses, británicos o alemanes. Bueno, sí, sabemos lo que hace: buscar apoyos y pedir ayuda. Quiere que se alineen sin fisuras del lado ucraniano. Es totalmente lógico, esperable y razonable que se comporte así. Se comprende, pues la nación está siendo devastada y la población civil masacrada, y Putin es sin duda el agresor que se está ensañando sin piedad. Pero no sé si Zelenski quiere o espera la involucración directa de las potencias occidentales en el terreno militar contra Putin. Eso ya es un salto cualitativo muy serio y de consecuencias imprevisibles. No sé cuál sería la solución a todo este embrollo. ¿Intervenir? ¿Hay guerras justas y necesarias? ¿En este conflicto es tan sencillo decir que hay buenos y malos? Me parece demasiado simple, aunque ni por un momento olvido que Putin es el principal responsable de esta catástrofe, el agresor a gran escala, y quien debería ser juzgado por crímenes de guerra, vistas las atrocidades que está cometiendo. Sin embargo no es el único responsable. Lo son todos, todos los actores y todos los bandos. También la OTAN con sus políticas. Por eso mismo no me gusta nada ver a los congresistas y senadores estadounidenses aplaudiendo a Zelenski, ni a los alemanes o los británicos. Me parece incluso patético, muy triste. Una forma más de escalar la tensión y de atrincherarse en bandos enfrentados. Zelenski habla de los atentados del 11-S frente a los estadounidenses y de la construcción de un nuevo Muro frente a los alemanes. Quizá me causa cierta ambivalencia de sentimientos: por un lado le entiendo, ya que es el presidente de un país que ha sido brutalmente agredido y hace lo que cabría esperar. Y lo que dice de un nuevo Muro en Europa tiene bastante sentido. Pero está usando el chantaje emocional, la propaganda y la manipulación para lograr sus objetivos. Hay que decirlo claro. Por eso me parece muy triste presenciar todos estos juegos y estrategias de los que detentan el poder, con sus «asquerosas guerras» como decía evavill. El resultado es que es la gente sencilla la que sufre, muere y ve sus vidas saltar en pedazos. También los ciudadanos rusos y los soldados rusos sufren las consecuencias de toda esa sangre fría.

Respecto a los fríos y especulativos intereses que se esconden detrás de este y todo conflicto armado, bastan 5 minutos de búsqueda en internet para constatarlo. Hay gente y empresas que se lucran, because business is business, my friends. En la web Cotizalia:

«Las armamentísticas europeas suben en bolsa ante el aumento del gasto en defensa».

Recién empieza el artículo y ya me encuentro con una frase «maravillosa» que vale su peso en oro por su elocuencia:

«(…) las acciones de las empresas vinculadas al sector armamentístico y de defensa se están convirtiendo en refugio para el inversor».

En otra web, Estrategias de Inversión, se nos dice sobre el lobby armamentístico:

» (…) las cinco mayores empresas de Wall Street de armamento acumulan una revalorización media contando dividendos acumulada en los últimos diez años del 416%.

Desde que empezara la invasión de Ucrania por parte de Rusia los gigantes del sector acumulan subidas en cotización por valor de 24.000 millones de euros. 

El mercado descuenta las mejores previsiones para estas compañías en un momento en el que veinte de los 27 países de la Unión Europea han enviado armas a Ucrania, además Estados Unidos ha aportado más de 1.000 millones de dólares en el último año al país ucraniano. Otros países como Canadá, Australia o Noruega también se han comprometido al envío de material bélico».

Maravilloso. Todo esto en un contexto en el que se está discutiendo aumentar, por parte de los países europeos, el presupuesto de defensa anual hasta un mínimo del 2% del PIB. El lobby armamentístico, porque hay otros sectores que también saldrán beneficiados: las eléctricas —siempre, siempre, siempre, qué cracks—, las gasísticas, las energías y combustibles en general, las materias primas…

A Putin seguro que le molestaría que trazáramos, aunque solo fuera mentalmente, un paralelismo entre su figura y la de Hitler. Ellos, que lucharon contra la Alemania nazi. Como nación, claro. Pero Putin no es la extinta URSS ni la actual Rusia. De nuevo asistimos a la manipulación de las informaciones y a arrimar el ascua a su sardina. No en vano el argumento de la «nazificación» de Ucrania ha sido una de las claves de esta invasión. ¿Fue Hitler una encarnación del mal, directa y en términos absolutos? Prefiero decir que Hitler fue un fanático iluminado totalmente imbuido por unos ideales. Y en la persecución de esos ideales parece que perdió el sentido de la realidad y no le importaron las terribles consecuencias que se derivarían de sus decisiones y acciones. Y estas afirmaciones para mí tienen más valor que el asignar una simple etiqueta. Estas afirmaciones aplican a Putin de una forma realmente alarmante. No hace falta ser un calco de Hitler, pero es más que suficiente para obrar de forma muy parecida. ¿Es Putin mala persona? Su frialdad y su carácter inflexible parece que le acercan bastante a eso. No hace falta contestar. Basta con decir que Putin está obrando no mal, sino muy, muy, muy mal. La destrucción, el sufrimiento, el horror y las muertes que estamos presenciando derivan de su forma de actuar. Sí, se parece bastante a lo que solemos entender por «mal». Con fijarnos en los hechos tenemos más que suficiente.

Sí, Putin está fuertemente imbuido por unos ideales. Seguramente los más destacables son el nacionalismo ruso (explotar ese sentimiento) y el conseguir devolver a Rusia a sus días de esplendor, lo cual incluye el dominio geopolítico e incluso la anexión (se vio con Crimea) de territorios vecinos, algo que se ha dado en definir como «el sueño de la Gran Rusia».

Respecto a esos ideales por los que Putin se guía, he escrito una entrada en mi otro blog, «El camino del despertar». ¿Título? Demasiados ismos, dogmas y banderas. Aunque no se ciñe únicamente al presidente ruso, sino que es una reflexión general sobre todos esos ismos o ideologías con las que se intenta controlar al ser humano, resultando una lacra y un obstáculo para el verdadero desarrollo como personas. Escribí entre otras cosas esto:

«A cierto presidente ruso muy de moda estos días le pierden los ismos. En realidad, a poco que lo pensemos, a casi todos los gobernantes y gobiernos. A todas las personas que tienen poder de decisión, a las élites de poder en todos los ámbitos de la sociedad. Y si lo pensamos un poco más, mucho me temo que los ismos están infiltrados cual virus en la mente y los corazones de la inmensa mayoría de los seres humanos.

Sí, ese presidente tan de moda tiene la cabeza llena de ismos: nacionalismo, patriotismo, fanatismo, populismo, propagandismo, expansionismo, militarismo, belicismo, victimismo, idealismo, imperialismo… ».

Sobre el tema de las banderas y las ideologías y cómo el poder manipula y utiliza a los individuos, recomiendo un texto muy contundente en el blog de Beauséant, titulado TRAS LA BANDERA. En él se pueden leer párrafos tan demoledores y ciertos como éste:

«Las banderas deben criarse con el miedo más visceral y deben beber la sangre de los patriotas, cuanto más patriotas y más convencidos, mejor».

En un más que excelente artículo en EL PAÍS, titulado PUTIN ALIMENTA EL SUEÑO DE LA GRAN RUSIA, la periodista María R. Sahuquillo nos da todas las claves que ayudan a entender cómo se ha llegado a la situación actual y los motivos aducidos por Putin para perpetrar la invasión. Muy recomendable su lectura. Cito:

«Con el orgullo nacional herido —no tanto por el fin del comunismo sino por la pérdida de la grandeza de la unión— este colectivo se siente aún humillado por Occidente por lo ocurrido en los años 1990. ‘En 1991, nos dividimos en 12. Pero da la impresión de que eso no es suficiente [para Occidente]’, incidió el presidente ruso, Vladímir Putin… ».

Más adelante:

«[Putin] alimenta el sueño de devolver a Rusia una pátina de grandeza imperial o del papel de superpotencia que tuvo en la URSS, y cultiva su misión de restablecer el control sobre los territorios que formaron aquella unión y sobre los ciudadanos, sobre todo los eslavos, a los que considera un solo pueblo».

Y todavía…

«Con su apetito expansivo, el presidente ruso quiere “restaurar” la Unión Soviética, enunció hace unas semanas la subsecretaria de Estado de Estados Unidos Victoria Nuland. Una opinión, sin embargo, que para analistas de Moscú, como Nina Jruschova, es demasiado simplista. “Putin no quiere restaurar la URSS, no es tonto y sabe que eso es imposible, él quiere un gran país, sea la Unión Soviética o no; un país que esté en el centro del mundo eslavo”, señala la experta en relaciones internacionales».

Muchísimas otras claves se desgranan, en esas difíciles relaciones de Rusia con territorios vecinos. Leer este artículo es como ver desfilar los acontecimientos que se han ido cocinando a fuego lento ante nuestros ojos, hasta llegar a la acumulación de tropas rusas en las fronteras ucranianas.

Me he encontrado con otro artículo, muy interesante, que analiza la figura de Putin y sus rasgos como mandatario. La visión se expande a todos sus años en el poder, mucho antes de la crisis con Ucrania. Hay una cosa que parece innegable: Putin se ha mostrado como un líder muy fuerte que supo reflotar a una Rusia muy hundida tras el desmembramiento de la URSS, volviéndola a poner en un lugar destacado en el tablero internacional. Cosa muy distinta es los métodos que haya empleado y si nos agradan o no. Me parece un artículo bastante objetivo e imparcial, en el blog VOX POLITIKON: El nacionalismo de Putin: una mirada al político más sobresaliente.

Sea como sea, solo veo una solución a esta complicada y dolorosa situación. La solución justa y razonable:

Parar la guerra, cuanto antes mejor.

Desde luego hay muchas posibles salidas a esta complicada coyuntura. El futuro es una absoluta incógnita ahora mismo. Una posibilidad, que a día de hoy se antoja bastante remota, sería que Putin fuera físicamente eliminado. A este respecto me sorprendió y me agradó mucho una excelente reseña que MJ RU1Z hace en su blog ELEEA BOOKS, de una novela publicada en el 2015 por Francisco J. Girao. No es una persona cualquiera, sino que por los trabajos que ha desempeñado parece hablar con cierta autoridad y conocimiento de causa. Se plantea en el libro la puesta en marcha simultánea —por parte de los gobiernos estadounidense y británico— de cinco planes para «eliminar» a Putin. Caramba, que me han entrado unas ganas tremendas de comprarme el libro…

Ojalá que acabar con una guerra pudiera hacerse de una forma tan sencilla como la que por ejemplo emplearía un niño…

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La gravedad de los acontecimientos me llevó a escribir otra entrada en «El camino del despertar», justo al día siguiente de la invasión rusa. Estuve pensando qué podría decir al respecto y se me ocurrió que sería bastante adecuado rescatar las reflexiones que hiciera Jiddu Krishnamurti al respecto de las guerras. Reflexiones que ya había leído hace bastantes años, pues tengo varios libros suyos. Éste es el enlace: Krishnamurti sobre la guerra.

No he leído un montón de artículos sesudos, acertados y geniales sobre las causas de las guerras en la historia de la humanidad. Creo que hasta el más tonto de los seres intuye la mayoría de las causas. Pero es que aparte de esto, podría decir que «no me interesan» (o no me conformo) meramente con las causas que inciden en los factores económicos, políticos, estratégicos, de ambición de territorios, religiosos, culturales, raciales, etc. Creo que las causas son más profundas y pertenecen al reino interior del ser humano. A su mente, sus emociones, sentimientos y reacciones. Para mí y supongo que para infinidad de personas las causas de la guerra se encuentran en factores como la ambición, la codicia, el egoísmo, la mezquindad, el odio, la envidia, el supremacismo, el racismo o cualquier sentimiento de superioridad y diferencia frente a otros pueblos (como por ejemplo el nacionalismo y el resto de ismos citados). Y me dejo más factores psicológicos en el tintero. Por ejemplo el miedo. Y digo que no he leído mucho al respecto y a la vez recalco los motivos psicológicos que expone K, porque en este sentido me parece el artículo más acertado y profundo que he leído y sospecho que podré leer. Insisto en que no se para a hacer análisis por ejemplo políticos, geoestratégicos, históricos, etc.

«La guerra es la proyección espectacular y sangrienta de nuestra vida diaria, ¿no es así? La guerra es una mera expresión externa de nuestro estado interno, una amplificación de nuestra actividad diaria. Es más espectacular, más sangrienta, más destructiva, pero es el resultado colectivo de nuestras actividades individuales».

Más adelante llega la reflexión brutalmente acertada:

Y más…

«Cuanto más alta es nuestra posición, más deseamos seguridad, permanencia, tranquilidad, menos injerencia admitimos, y más deseamos mantener las cosas fijas, como están; pero ellas no pueden mantenerse como están, porque no hay nada que mantener. Todo se desintegra. No queremos hacer frente a estas cosas, no queremos encarar el hecho de que vosotros y yo somos responsables de las guerras. Vosotros y yo charlamos de paz, nos reunimos en conferencias, nos sentamos en torno a una mesa y discutimos; pero en nuestro fuero íntimo, en lo psicológico, deseamos poder y posición, y nos mueve la codicia. Intrigamos, somos nacionalistas; nos atan las creencias, los dogmas, por los cuales estamos dispuestos a morir y a destruirnos unos a otros».

Y todavía:

«Mientras cada uno de nosotros busque seguridad psicológica, la seguridad fisiológica que necesitamos ‑alimento, vestido y albergue- se ve destruida. Andamos en busca de seguridad psicológica, que no existe; y, si podemos, la buscamos por medio del poder, de la posición, de los títulos, de los nombres, todo lo cual destruye la seguridad física. Esto, cuando se lo considera, resulta un hecho evidente».

Recomiendo naturalmente la lectura completa del texto, que en realidad está recortado. Estas reflexiones del filósofo indio fueron publicadas en un libro en 1954. Termino esa entrada con una cita de El Kybalión, obra que resume las enseñanzas del hermetismo:

«Nada hay fuera del Todo. Correspondencia. Como es arriba, es abajo; como es adentro, es afuera».

«Como es adentro es afuera». Laacantha, con quien he mantenido un interesante cambio de impresiones sobre estas ideas, me ha señalado que a la inversa también ocurre: las circunstancias exteriores conforman e influyen en la personalidad e identidad de las personas. Tiene razón, aunque creo que solo en parte. Sigo creyendo y sosteniendo que existe «algo» más profundo, que no es otra cosa que la verdadera identidad humana, que en verdad permanece inafectada frente a la realidad «externa». Y también, como le he dicho, en realidad creo que esa división fuera-dentro, sujeto-objeto es ficticia, puramente mental o psicológica. Y además esto puede experimentarse y comprenderse a un nivel más profundo que el meramente intelectual. Sí, soy consciente que puede sonar extraño.

Pero volviendo al «como es adentro es afuera» y a las palabras de K que apuntan a factores internos, psicológicos, mentales, que explicarían las guerras… quizá a muchas personas esto pueda sonarles demasiado abstracto, teórico, filosófico, místico, ideal, desconectado de la realidad. ¿Cómo lo veo yo? Como Krishnamurti, obviamente. Exactamente igual. Las guerras son la expresión extrema del conflicto humano, cuando ya se desatan una violencia, odio e irracionalidad totales. ¿Y por qué el ser humano está siempre en conflicto? Muy fácil: porque se siente insatisfecho, inseguro. Porque tiene miedo. Porque es ambicioso, vanidoso y envidioso. Todo ello factores psicológicos. Si no sintieras envidia o codicia no te importaría que el país vecino tenga unas imponentes minas de oro u otros recursos que superan los tuyos. Así que al que me diga que estas causas internas en verdad no cuentan y que el análisis de K es demasiado teórico o difuso, le diría que en mi opinión, «para nada». Lo expresaré de una forma mucho más concreta y tangible: todos los dolorosos acontecimientos que estamos viendo, la invasión de Ucrania, la guerra, la destrucción, la irracionalidad, el sufrimiento, la muerte… son la consecuencia directa o la traducción en el mundo «real» de los ideales, ambiciones, objetivos y delirios que el señor Vladímir Vladímirovich Putin tiene metidos en la cabeza. Lo de «dentro» acabó saliendo como una letal erupción volcánica hacia «afuera», arrasando con todo. ¿Acaso no es así? Incluso podemos ampliar la mirada y decir que si bien Putin es el agresor y principal culpable, los acontecimientos que estamos viviendo son la consecuencia en el mundo real de las ambiciones, los intereses y los deseos que los distintos países y sus mandatarios albergan.

Krishnamurti reflexionaba a menudo, en sus charlas y libros, sobre una cuestión, haciendo una serie de preguntas fundamentales que se derivaban. Se trata de lo siguiente: estructuramos nuestra identidad individual en base a una imagen de nosotros mismos, lo que se conoce como «yo» o «ego». Es una imagen, una idea, que no solamente mostramos a los demás y al mundo, sino que nos creemos en buena medida, nos identificamos con ella (dependerá de la persona), algo que el titular de este blog denomina «el personaje». Sí, nuestra vida transcurre como una obra de teatro, una tragicomedia. Interpretamos un papel y lo curioso es que a la vez somos el protagonista y el observador. Esta imagen o ego va asociada a una serie de factores como el orgullo, la autoestima, la idealización, la distorsión respecto a lo que y cómo verdaderamente somos, la reputación, la posición social y un largo etcétera. La pregunta fundamental es: ¿qué ocurre cuando sentimos y pensamos que nos han herido, nos han atacado, nos han criticado, nos han insultado, nos han lastimado, nos han ofendido, nos han despreciado, nos han ignorado, nos han infravalorado, nos han tratado con desprecio, frialdad, indiferencia o burla? Y podríamos seguir con más supuestos por el estilo. Pues obviamente sentimos que esa imagen resulta lastimada, dañada, que es atacada. Y con ella todo lo que lleva asociado, como el orgullo o las cualidades que nos arrogamos. Nos sentimos heridos o atacados. Pero quien se siente de verdad herido es el ego, ni más ni menos. Y entonces surgen toda una serie de emociones negativas como el odio, la aversión, el resentimiento, la sed de venganza… quizá el miedo, el apartarse, la indiferencia, el «pagar con la misma moneda»… y también un largo etcétera.

Reaccionamos así porque al sentirnos lastimados sufrimos, y junto al dolor llega el enfado. Y aquí señoras y señores, empieza todo. No son tantas las personas que de forma clara, honesta y profunda pueden ver y admitir esto. Y son rarísimas las personas que con cierta o bastante asiduidad no le están poniendo velitas a San Fadao. Veneramos demasiado a este personaje. Y solemos oír argumentos del tipo «es normal que te sientas herido», «es normal que reacciones», «es que somos humanos». Y ahí, insisto, empieza todo: se destapa la lámpara por donde sale el genio de las emociones negativas. Me parece que son miles de serpientes, más que un genio.

¿Y qué tiene que ver todo esto con la guerra? ¿No es una extrapolación absurda, fuera de lugar? A mí no me lo parece. Cuando nos enemistamos o enfadamos con alguien iniciamos muchas veces «una guerra particular». Potencialmente podríamos, por ejemplo, pincharle las ruedas del coche, putearle en el trabajo, pegarle una paliza, o incluso asesinarle. Estas cosas por desgracia ocurren.

«La guerra es una mera expresión externa de nuestro estado interno, una amplificación de nuestra actividad diaria. Es más espectacular, más sangrienta, más destructiva, pero es el resultado colectivo de nuestras actividades individuales».

Entonces tenemos la inmensa desgracia de que Vladímir Putin hace bastante tiempo que le está poniendo velitas a San Fadao… y dispone de un poderosísimo ejército e incluso de armamento nuclear. No creo que todo lo expuesto aquí sobre el ego y la imagen de uno mismo herida sea una idea estrafalaria para explicar las guerras. En el artículo de EL PAÍS mencionado se dan algunas de las claves: el nacionalismo ruso, el orgullo nacional que se siente herido y decide reconquistar lo perdido; Rusia se siente humillada y atacada por la desmembración de la URSS; Putin adopta todo este ideario y actitud para apelar al nacionalismo y el patriotismo y justificar sus actos, sosteniendo entre otras cosas que Occidente se regocijó con la desaparición de la URSS y el debilitamiento de Rusia, a la que no quieren ver fuerte de nuevo. Todo este arsenal ideológico donde «la imagen propia» se presenta como atacada y herida, al igual que pasa con los egos personales. O dicho con otras palabras: todo el victimismo que una persona puede emplear a título individual es el mismo que está usando Putin tomando a la nación rusa como el sujeto (objeto en este caso) de los ataques y las humillaciones.

De ahí que haga esta última reflexión: me parece que las naciones, con sus fronteras y banderas, son una mera proyección o un paralelismo en clave colectiva o global de la identidad individual o ego. Las semejanzas son muchísimas. Entonces, como se funciona en base a esa separatividad e individualidad, esa identidad diferenciadora colectiva o individual… ¿qué ocurre? Que se gestionan mal esas diferencias y los potenciales motivos de controversia o disputa, y entonces el sufrimiento y el conflicto están asegurados.

Me comentó laacantha, tras leer completo el texto de K —se lo agradezco mucho— que sus ideas eran muy buenas pero que lo que proponía era utópico, pues esa trasformación radical del individuo es extremadamente difícil. Es cierto, es muy difícil. Sin embargo no creo que sea literalmente imposible. Diría que este mundo, que siempre ha sido convulso y estos días no son una excepción, necesita seres que aporten luz, sabiduría, claridad, comprensión, amor, inteligencia, empatía. Huyendo de todo sentido mesiánico o religioso del término «luz». Me estoy refiriendo a claridad de ideas, a sentimientos nobles, a inteligencia y sabiduría. Sí, vivimos acontecimientos terribles. Laacantha me decía que este mundo necesita fe. Yo diría que, a pesar de las horribles circunstancias, nada debería hacernos perder la fe en el ser humano. Seguramente necesitaríamos una especie humana más evolucionada, más comprensiva, inteligente, amable y compasiva. Quizá jamás lo veremos y sucumbiremos en el intento. No sabemos.

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Hace ya bastante tiempo consulté en internet cuál era la visión del budismo acerca de lo que podríamos denominar «el problema del mal». Puesto que me pareció una explicación bastante acertada, volví a mirarlo hace unos días. ¿Y por qué la visión del budismo? Pues porque esta doctrina me inspira fiabilidad, ya que extrae sus conclusiones —enseñanzas— y su sabiduría de la observación del mundo y fundamentalmente de uno mismo. La autoindagación, la introspección, la observación, la investigación profunda, lo que se ha dado en llamar «meditación», pues son necesarias la paz y la quietud mentales para justamente entender cómo funciona la mente. ¿Por qué me «acojo» al budismo si en el fondo es un ismo más, algo sobre lo que he lanzado una alerta? Bien, creo que los ismos son nocivos cuando son acogidos en exceso y a ciegas, como verdades absolutas. El budismo siempre te dice que lo pongas absolutamente todo en duda y que investigues, descubras y experimentes por ti mismo. De hecho hay una expresión que reza «si encuentras al Buda (por el camino) mátalo», en el sentido de no aceptar ninguna autoridad externa (extremo que también sostenía Krishnamurti, en absoluto budista). Puesto que defiende la libertad del individuo a todos los niveles y que te valgas por ti mismo (en el fondo solo tú eres tu verdadero maestro, finalmente) me inspira confianza. No considero que el budismo me haya «comido el coco». Simplemente hay una gran afinidad o coincidencia de planteamientos.

Además, y lo digo de forma franca, directa y sincera, no me interesan demasiado las explicaciones que puedan dar las religiones sobre el problema del mal, implicando en el proceso a un dios o ser superior (no considero al budismo una religión, sino un sistema de pensamiento o filosofía; si bien tiene una faceta religiosa, de culto formalizado, no le presto ninguna atención. Mi atención se dirige hacia sí misma, hacia la propia mente). Respetando todas las creencias, doctrinas y formas de pensar, una explicación de este tipo ni me convence ni me satisface:

«El problema del mal es la pregunta de cómo reconciliar la existencia del mal con la existencia de una deidad omnisciente, omnipotente y omnibenevolente.​​​ El argumento del mal afirma que debido a la existencia del mal, o Dios no existe o no tiene alguna de las tres propiedades mencionadas».

¿Por qué hemos de implicar a un supuesto Dios? No, gracias. ¿Qué nos dice el budismo sobre el mal? Veamos…

«Según el budismo, el bien y el mal son aspectos diferentes, pero naturales, propios e inseparables de la vida; de acuerdo a lo cual, no se puede catalogar a ningún individuo ni grupo de individuos meramente como “buenos” o “malos”. Todo ser humano es capaz de actuar con suprema nobleza, así como también con maldad. De acuerdo al budismo, el bien y el mal no son cualidades absolutas, sino relativas. Un acto puede ser malo o bueno según el impacto que cause, en uno como en otros, por lo que no puede ser medido por reglas de conducta abstractas. Podría decirse que un individuo obra mal cuando actúa con egoísmo, es incapaz de comprender las conexiones que entrelazan a las personas, alberga la intención de lograr un beneficio propio a expensas del perjuicio de otros, o considera que la vida es algo desechable y no un fin preciado en sí. El bien, por el contrario, es lo que genera y enriquece las conexiones humanas, lo que recupera y restaura las relaciones de la sociedad humana.

En el contexto de la filosofía budista, el bien se relaciona directamente con la “naturaleza fundamental de la iluminación”, condición que implica un estado de absoluta libertad y felicidad logrado a partir de la comprensión plena del yo; mientras tanto, el mal se relaciona directamente con la “oscuridad fundamental”, condición que implica un estado de vida ofuscado por lo ilusorio y alejado de la verdad, sumido en la incapacidad de ver el potencial que tienen las personas de lograr la iluminación y que causa sufrimiento al sujeto y a su entorno. Una persona ofuscada por la oscuridad interna pierde las esperanzas y desprecia su vida como algo que no tiene sentido. La oscuridad fundamental de la vida es un condicionante que contribuye a alimentar el miedo y a generar divisiones».

(Extraído de la web venezolana sgiv.org).

¿Cuál es mi opinión al respecto de este texto? Pues… ¡excelente explicación! Absolutamente de acuerdo. Fijémonos en que cuando habla de actuar con egoísmo, despreciando las conexiones con otros seres y las consecuencias negativas que se derivarán para estos, causándoles dolor y sufrimiento, cuadra desgraciada y totalmente con la forma en que está actuando Putin atacando Ucrania. Como he dicho, aun si nos abstenemos de juzgarle, está obrando muy, muy mal. Además hay otro aspecto en el que coincido: el mal está muy asociado a la oscuridad, y yo diría que también a la ignorancia, la estupidez, la falta de inteligencia, lucidez y comprensión. Por eso dije también que este mundo necesita luz.

«Según las enseñanzas budistas todo sufrimiento proviene de las «tres raíces del mal»: el odio, la codicia y la ignorancia. Esta enseñanza parece demasiado simplista pero si la estudiamos a fondo nos daremos cuenta de su profundidad. Se puede decir que todos los males dentro de nuestras vidas privadas y la sociedad en general se derivan de las tres raíces.

Las raíces del mal surgen del sentido del ego, es decir, la sensación de tener un «yo» fijo y separado de los demás. El Buda siempre enfatizó que realmente no hay nada inmutable dentro de nosotros: el cuerpo, los estados de ánimo, la personalidad, todos los elementos de nuestro ser son fluidos, cambiantes y perecederos. Sin embargo no solemos hacer caso a todo esto. Sabemos que somos perecederos pero vivimos como si fuéramos inmortales. Del ego buscamos la sensación de seguridad pensando que es un refugio de permanencia. Ahora veremos cómo surgen las raíces del mal como consecuencia de esta forma equivocada de percibir el ego.

El odio surge cuando encontramos cosas que amenacen nuestro sentido del yo, perturbando la seguridad que esperamos. Al contacto con estas cosas reaccionamos con rechazo y odio. (…)

La avaricia es el opuesto del odio (…). Es el deseo de aferrarnos a cosas que apoyan la sensación de tener un «yo» duradero. Estas «cosas» pueden ser materiales, tales como una casa cómoda o un carro. También nos aferramos a cosas no materiales como un estatus social el cual aparenta brindarnos una identidad «yoísta» más definida. 

La última raíz del mal es la ignorancia. En el Budismo «ignorancia» no quiere decir la falta de conocimientos o de una buena formación intelectual. Es una ignorancia espiritual… un estado de no reconocer la realidad de las cosas. No es pasiva sino activa, no queremos reconocer la verdad, como el avestruz que esconde su cabeza en la arena en lugar de enfrentar la verdad. Vivimos así: no queremos enfrentar las cosas que demuestran que el ego es efímero. Un escritor acerca del Budismo describió la Iluminación como «la sabiduría de la inseguridad»… en lugar de luchar en contra de la inseguridad inherente en la vida, la aceptamos y vivimos en armonía con ella.

(…)

En el Budismo hay dos herramientas para ayudarnos con esta tarea: primero la ética y después la meditación».

(De la web meditacion-merida.com).

«Del ego buscamos la sensación de seguridad pensando que es un refugio de permanencia». Así me lo parece. Recordemos las reflexiones de K acerca de buscar la seguridad psicológica y también la física y material y cómo esto, a nivel global, puede llevar incluso a guerras.

Una matización importante: no he consultado lo del problema del mal pensando específicamente en Putin o en Rusia, sino pensando en la guerra y en todo el horror y sufrimiento causados.

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Hace ya mucho tiempo que empecé una entrada —que se quedó en mero borrador— en la cual el célebre Adagio para cuerdas de Samuel Barber era el protagonista, vinculándolo a la película Platoon, pues este tema es utilizado de música de fondo de la que quizá es la escena más emblemática del film.

El compositor estadounidense Samuel Barber (1910-1981) ya fue considerado un niño prodigio a temprana edad, ya que comenzó a tocar el piano a los seis años y a componer a los siete. En una de las escuelas musicales en las que se formó tuvo como compañero de estudios al conocido compositor y director de orquesta Leonard Bernstein. Su estilo musical se podría definir de la siguiente manera:

«La música de Barber es elegíaca, lírica y refinada. Sin abandonar nunca el ámbito de la tonalidad, utiliza un lenguaje disonante, politonal a veces. Su orquestación, constantemente poética, se caracteriza por hacer cantar a los instrumentos. Trató de evitar el experimentalismo de otros compositores estadounidenses de su generación, prefiriendo hasta casi el final de su vida ceñirse a formas y armonías musicales relativamente tradicionales. La mayor parte de su obra es exuberantemente melódica y ha sido descrita como neorromántica… ».

(En la Wikipedia)

Escribió canciones acompañadas de piano u orquesta, varias óperas, sinfonías, conciertos para violín, violonchelo, piano o flauta, obras para piano, obras para órgano y orquesta, piezas corales o ensayos para orquesta, aunque nunca fue considerado un compositor demasiado prolífico.

Samuel Barber

En 1936 conoció en Roma a Arturo Toscanini y además escribió su Cuarteto para cuerdas en si menor Opus 11, cuyo segundo movimiento —a sugerencia de Arturo Toscanini— arregló para orquesta de cuerdas dándole el título de Adagio para cuerdas (Adagio for Strings) y, posteriormente, para coro mixto como Agnus Dei.

Toscanini fue «considerado por muchos de sus contemporáneos (críticos, colegas y público en general) y por muchos críticos de la actualidad como el más grande director de orquesta de su época y del siglo XX. Era célebre por su brillante intensidad, su incansable perfeccionismo, su prodigioso oído y su memoria fotográfica, que le permitía corregir errores de los miembros de la orquesta que habían sido inadvertidos durante décadas por sus colegas».

Arturo Toscanini

«En enero de 1938, Barber envió la pieza a Arturo Toscanini. El director devolvió la partitura sin comentarios, y Barber se molestó y evitó a este director. Posteriormente, Toscanini hizo saber a Barber, a través de un amigo, que tenía previsto interpretar la obra y que la había devuelto por el simple hecho que ya la había memorizado.​ Toscanini no volvió a tener la música hasta un día antes del estreno.​ La obra se estrenó en un programa de radio, dirigida por Arturo Toscanini al frente de la Orquesta Sinfónica de la NBC, el 5 de noviembre de 1938, en Nueva York».

(Wikipedia)

Aquí tenemos esa histórica grabación. Todos estos acontecimientos tienen una trascendencia y una significación histórica que se nos explica en un interesante artículo en NPR.org (The Impact of Barber’s ‘Adagio for Strings’):

«The year 1938 was a time of tumult. America was still recovering from the Depression and Hitler’s Germany was pushing the world towards war. Toscanini himself had only recently settled in America after fleeing fascist Italy. (…) ‘Toscanini’s concerts in New York… once he was so closely identified with the opposition to Mussolini, the opposition to Hitler — these were the peak public performances in the history of classical music in America’ [says Joe Horowitz, author of Understanding Toscanini]».

«En 2004, la obra maestra de Barber fue elegida como la «obra clásica más triste», por los oyentes del programa BBC’s Today, por delante de «Dido’s Lament» de Dido y Eneas, de Henry Purcell, el «Adagietto» de la 5ª Sinfonía de Gustav Mahler, Metamorfosis de Richard Strauss y Gloomy Sunday cantada por Billie Holiday. La pieza acompañó el anuncio radiofónico de la muerte de Franklin Delano Roosevelt y también una ceremonia celebrada en el World Trade Center para conmemorar la pérdida de miles de personas en los ataques del 11 de septiembre de 2001″.

Esta célebre pieza de Barber también ha tenido relación con la reciente pandemia causada por el coronavirus. Por ejemplo se utilizó en el homenaje de Estado a las víctimas del coronavirus y también a los sanitarios, que tuvo lugar el 16 de julio del 2020, con presencia del presidente Pedro Sánchez, gran parte del Ejecutivo y los Reyes de España. Recuerdo haber visto la reseña de este acto en los informativos. Por cierto que RTVE.es, que retrasmitió el acto, cometió un error rotulando el Adagio de Barber como una pieza de Brahms. También leo en otro medio informativo: «La música de Samuel Barber sonará todos los días en la Puerta del Sol de Madrid, como homenaje a las víctimas de coronavirus». Y aquí tenemos un ejemplo más del uso de esta música relacionado con la pandemia, a cargo de la Orquesta Reino de Aragón:

La pieza de Barber también ha sido utilizada en el cine en varias películas, y en alguna serie televisiva. Así tenemos su inclusión en la famosa El hombre elefante de David Lynch. Y en la película Platoon, durisima obra maestra de Oliver Stone sobre la guerra de Vietnam.

Los protagonistas de esta cinta bélica (1986) son los actores Willem Dafoe, Charlie Sheen y Tom Berenger. El conflicto armado, las diferentes incursiones en la selva vietnamita y el ambiente que se respira entre los soldados estadounidenses son narrados a través de los ojos del recluta Chris Taylor (Sheen), un chico de buena familia que se ha alistado voluntario. Muy pronto se hace evidente que la tropa no se halla muy unida, puesto que en la Compañía Bravo se han formado diferentes grupos que giran en torno a algún líder u oficial. También queda cada vez más claro, conforme avanza la acción, que existen enormes desavenencias entre los sargentos Bob Barnes (Berenger) y Elias (Dafoe). No solamente por sus carácteres tan diferentes, sino por la manera de proceder en combate y la manera de tratar a los campesinos vietnamitas y prisioneros. Hasta que las diferencias se convierten en enfrentamiento abierto y enemistad. Cierto día dos soldados mueren al explotar una bomba trampa y un tercero es encontrado muerto a posteriori. Los ánimos están muy caldeados y el odio hacia los vietnamitas se dispara…

«Los soldados llegan a una aldea, donde entre otros muchos desmanes se ve a Taylor amenazar con su arma a un joven e indefenso lisiado, quien inmediatamente después es salvajemente asesinado a golpes por Bunny. Por otro lado, Barnes, tratando de conseguir información del líder de la aldea, asesina a la mujer de este de un tiro a quemarropa, y totalmente enloquecido amenaza con ejecutar a una niña, presumiblemente hija del aldeano. Justo en ese momento, Elias, escandalizado por los métodos de Barnes, se enfrenta a él en una pelea. El teniente Wolfe pone fin a la pugna separándoles y tratando de pasar página, pero Elias advierte a Barnes y Wolfe que denunciará los hechos».

(Sinopsis en la Wikipedia)

Y efectivamente le denuncia a un capitán, que amenaza a Barnes con un consejo de guerra. A raíz de estos incidentes Barnes alberga resentimiento hacia Elias y enormes deseos de venganza. Un tiempo después, y como producto de una escaramuza persiguiendo al enemigo, Elias y Barnes se encuentran solos en la selva. Barnes dispara a Elias en el pecho y le abandona dándole por muerto. Se ordena un repliegue de fuerzas y abandonan posiciones en varios helicópteros. Y entonces…

«Una vez subidos a un helicóptero, Taylor ve a Elias, malherido, siendo perseguido por un grupo de soldados vietnamitas que logran abatirlo. De esta forma Taylor comprende que el sargento Barnes dejó abandonado a Elias a su suerte».

Elias corre por su vida mientras los vietnamitas le disparan repetidamente. Pese a la intervención de los helicópteros muere cosido a balazos.

Buff. Todavía en estos momentos y después de tantos años, me emociono recordando la escena. El momento quizá más duro de la película. Me causó tanto impacto, tanto dolor y tanta tristeza que es una de esas escenas que nos ha regalado el Séptimo Arte que para siempre quedaron en mi retina. La cruel y durísima muerte de Elias, después de sufrir tan repugnante traición, simbolizaba toda la maldad, la mezquindad, el odio y la oscuridad del alma humana. Y no solo eso. Por supuesto también el horror, el sinsentido y la crudeza de todas las guerras.

Teniendo en cuenta la tristeza y el intenso sentimiento que emanan del Adagio de Barber, por un lado, y la impresionante cinta bélica que denuncia el horror de la guerra, por el otro, se me ocurrió que rememorar ambas obras cuadraba desgraciadamente con los acontecimientos que estamos viviendo.

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Willem Dafoe, Tom Berenger, Oliver Stone y Charlie Sheen en el Festival de Cannes, 2006. Presentación de una nueva versión de Platoon. ¡Esto no lo sabía!

—¡Joder! Nos hemos dejado a Elias —gritó Taylor viéndolo desde el helicóptero.

—¿Cómo? ¡Vuelve a bajar, vuelve a bajar! —gritó el teniente.

—Serpiente 1–9–0–4, queda uno de los nuestros ahí abajo.

—Enviad refuerzos, enviad refuerzos —dijo el piloto por radio.

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Creo en el karma y lo digo abiertamente, sin esconderme. A las personas que les pueda chirriar este concepto o esta visión de las cosas, o la rechacen directamente, les hablaría de la causalidad en el universo y la realidad, que tiene una estrechísima relación con dicho concepto. La práctica totalidad de lo que existe, todos los seres, eventos, fenómenos, fuerzas, aspectos de la realidad tienen una causa —o de forma mucho más precisa— un vastísimo conjunto de ellas que los originan y los hacen ser como son, y a su vez todos estos seres, eventos, etc., actúan como causas —o intervienen en esa formidable conjunción— que generan otros efectos y así hasta el infinito. La ley de la causalidad (en el budismo también). En cuanto al karma, mi creencia personal —que quede claro esto— es que el karma no actúa en el sentido de que el universo, o Dios, o una especie de justicia divina o cósmica, algún ser superior o Bien o ley suprema o inteligencia aparte y distinta de nosotr@s mism@s nos castigue o nos premie si hemos obrado bien o hemos obrado mal, en función de nuestros actos. No. Casi seguro que no hay recompensa o castigo, y de hecho mucha gente que ha hecho el mal y causado enorme sufrimiento no parece que haya recibido ningún castigo tangible o en el plano real y por tanto perfectamente constatable. La premisa budista de «te reencarnarás con mal karma» y la premisa cristiana de «arderás para siempre en el infierno» parecen muy semejantes, aunque ciertamente el matiz es muy distinto. Y ambas premisas le parecerán a mucha gente, sobre todo a los que no creen en todas estas cuestiones, una especie de consuelo a nivel conceptual: sí, las malas personas recibirán su castigo en el más allá o en un nivel superior (más allá de la muerte o en otras existencias), así que podemos sentirnos todos reconfortados pues una especie de justicia divina será aplicada, al fin y al cabo. Es cierto, todo esto es totalmente especulativo, tanto si lo enfocáramos desde el punto de vista recompensa-castigo —discrepo muchísimo— como si consideramos en general el concepto del karma y toda esta relación de causas-efectos y buenas-malas obras. Para las personas escépticas, que tengan enormes dudas o que directamente no crean o rechacen todos estos temas, el concepto del karma seguramente no pasará de ser una teoría, idea, hipótesis o fantasía. A pesar de que soy consciente del «riesgo» que corro, puedo decir que creo en el karma. Me parece una hipótesis o posibilidad más que razonable, lógica y plausible. De la misma manera que me parece lógico, razonable y plausible que venimos a este mundo —o a otros— o que surgimos en este plano de la realidad —o en otros— para perfeccionarnos, avanzar, purificarnos, despertar (en mayúsculas).

Tenemos la expresión «pesará sobre tu conciencia» o «lo cargarás en la conciencia», y si existen ambas por alguna razón será. Creo que por aquí apunta lo del karma. Porque tenemos una conciencia, es más, bajo mi punto de vista y experiencia directa somos conciencia. La ley, el ser superior, el juez somos nosotr@s mism@s, y esas recompensas y castigos se materializan en términos de avance o retroceso de nuestro desarrollo y nuestra evolución espiritual. Me apetecía reflexionar sobre todo esto «en voz alta», exponer cómo lo veo y cómo lo siento, y de verdad te digo que no pretendo adoctrinar a nadie. Relájate en ese sentido. ¿Cómo podría? Todo esto es bastante o totalmente indemostrable, aparte de absolutamente personal. Soy perfectamente consciente de que hay gente absolutamente nihilista, o tremendamente escéptica, que me han dicho por activa o por pasiva que más allá de la muerte, o en un plano trascendente, espiritual o eterno no hay NADA, N-A-D-A. La vida es lo que es y quizá no hay ni que buscarle sentido a las cosas que pasan, porque no lo hay. Sin embargo me niego a verlo así, o me cuesta muchísimo. A la vez que creo que al universo le somos absolutamente indiferentes —como apuntaba Carl Sagan— y que de haber un Dios no creo que le importe que haya miles de muertos en terremotos, pandemias o guerras (es que ese enfoque me parece incorrecto), o las desgracias personales de cada uno, al mismo tiempo creo que el ser humano y toda su dimensión interior es parte fundamental del universo y la realidad. El concepto del Bien, aunque quizá no exista «ahí fuera» me parece que existe «aquí dentro» y que da sentido al camino. Llámese «Bien» o úsense otros vocablos o ideas. Son solo… palabras. También me parece que si hablamos del Bien (y consecuentemente del Mal) es porque el ser humano tiene arraigada en su interior una noción de Bien supremo. Esto es así porque, o bien se atribuye esta cualidad a Dios, o porque esa naturaleza positiva no es diferente de nuestro verdadero ser. Y me quedo con la opción B sin dudarlo ni un momento. Esa noción del Bien no necesariamente ha de tener una dimensión espiritual, religiosa o trascendente. Puede ser una noción en el plano simplemente humano, moral, social, ético, de valores. «Sabemos» o intuimos muchas veces si algo que le hacemos a otra persona está bien o mal.

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Y aquí estamos. Me parece muy obvio que cuando estamos presenciando estas semanas tanto horror, sufrimiento, maldad, fanatismo y egoísmo nuestra íntima noción del Bien se ve alterada. Ésta es en parte la razón de escribir esta entrada: reflexionar sobre el Bien y como he dicho anteriormente también sobre el Mal, aunque no existan en términos absolutos, pero sí vemos manifestados de forma muy aproximada, por ejemplo en sufrimiento, irracionalidad, violencia máxima, muerte. Una reflexión sobre la guerra y preguntarse por qué se da el mal entre los humanos y en qué consiste. Por eso acudí a la visión del budismo. Necesitaba reflexionar sobre todo ello para intentar digerir y entender los durísimos acontecimientos. Si alguien quiere descartar totalmente toda noción de Bien y Mal, no hay ningún problema. La reflexión, dicho en otras palabras, es sobre las causas que hacen que los humanos tomen decisiones y ejecuten acciones, lleven conductas y vidas que causen dolor y sufrimiento a otros humanos.

Dukkha en el budismo (Descontento. Desilusión. Insatisfacción. Sufrimiento. Incomodidad. Sed. Dolor. Intranquilidad. Imperfección. Malestar. Fricción. Pesar. Frustración. Irritación, Presión, Ir contra corriente, Agonía, Vacío, Tensión. Angustia existencial, «la carga o peso existencial inherente a la condición samsárica humana). [Y añadamos a esa lista ansiedad y estrés]. ¿Sabéis cuál es el objetivo primordial del budismo? La liberación del sufrimiento.

Una refugiada ucraniana en un tren

Volvamos al karma. Como he dicho, lo considero fuertemente asociado a la conciencia y el camino de cada persona, y también al «nivel» en que te encuentras, a tu desarrollo o evolución. Claro, aquí puede entrar otro elemento más que controvertido: la posibilidad de la reencarnación más allá de la muerte física, para continuar con el «trabajo». ¿Qué opino? Sí, tiendo a creer en buena medida en la reencarnación, aunque no son éstas hipótesis a las que me aferre como un clavo ardiendo y que defendería fanática y dogmáticamente frente a los incrédulos y negacionistas. De nuevo se me antoja una visión de las cosas bastante lógica y plausible. ¿Qué es lo que se reencarnaría o seguiría? Éste ya es un asunto para un formidable debate. Todas éstas son cuestiones muy personales y de nuevo quiero dejar claro que no pretendo comerle la cabeza a nadie.

Pero inevitablemente he pensado en ello [aún más] estos días y también me he hecho dos preguntas. La primera es si el señor Putin tiene conciencia. Algunas personas argumentarán que no la tiene en absoluto. Yo creo que sí la tiene, como todo ser humano. Cosa muy distinta es que hay conciencias muy densas, oscuras, imbuidas por fanatismos o ideologías, poseídas por pulsiones como la ambición o la sed de poder. Conciencias nada luminosas ni bondadosas, conciencias donde parecen brillar por su ausencia la sensibilidad, la empatía y el respeto a la vida. ¿Putin? ¿Putin se ajusta bastante a esto, o simplemente ha obrado porque tiene unas ideas determinadas sobre Ucrania (basadas en nacionalismos, que parecen primar sobre el sufrimiento y el vivir/morir)?

Contestaré cómo lo veo con una cita. Año 2004. Michael Mann dirige una sensacional película de título Collateral. En ella, un frío asesino profesional, de nombre Vincent [Tom Cruise] acaba en el asiento de un taxi conducido por Max [Jamie Foxx]. Vincent obliga a Max, en una infernal noche, a llevarle a distintos puntos para cumplir con sus encargos eliminando molestos testigos. Visto el horror demencial que se deriva de las acciones del asesino, en un momento dado Max le suelta a Vincent lo siguiente. La observación es magistral y la prueba de que se me quedó grabado es que estoy aquí reproduciéndolo:

¿Qué tienes dentro? [Max]
—¿Dentro? [Vincent]
—¿Qué harías si alguien te apuntara en la sien con una pistola y te amenazara «o me dices ahora qué tiene dentro esa persona o te mato»? ¿Qué… cosas le motivan?, ¿Qué piensa? No podría contestar nada porque… Te matarían porque no tienes ni idea de lo que… piensa… nadie. Has caído bajo hermano, muy bajo. ¿Qué te pasó, eras un crío que creció en un correccional? ¿No tienes alma? Hay piezas que… que vienen de serie y que todo ser humano debería tener, pero tú no las tienes.

La segunda pregunta que me he hecho, y probablemente se estén haciendo numerosísimas personas, es si Putin pagará por lo que está haciendo. Tenemos la acepción de «pagar», responder por sus actos o afrontar sus consecuencias en un nivel totalmente concreto y «arraigado en la realidad»: pagar ante la justicia, quizá un tribunal internacional (el de La Haya), pagar a nivel político, pagar con su cargo o destitución, pagar siendo derrocado o apartado, pagar incluso con prisión o hasta con su propia vida. Son posibilidades, está claro, aparte de las sanciones económicas que ya han empezado a golpear Rusia… y a los rusos y rusas. Pero me refería a pagar en el sentido kármico del término. Y si soy consecuente con mi forma de pensar, la respuesta debería ser «sí», pues no puede ser de otra forma. Pagar en relación con los aspectos comentados antes: la conciencia, la evolución. Obviamente esta última visión a muchas personas les parecerán pamplinas metafísicas o espiritualistas, puro humo carente de fundamento y desconectado de la cruda realidad. Aparte de esto, esta mera posibilidad seguro que ni satisfaría ni consolaría a mucha gente, dado el enorme dolor que está causando a tantos seres humanos. Sea como sea, tanto que llegue a pagar en el sentido más mundano (político, legal… ) o en el más trascendente (karma, conciencia… ) me da la impresión de que no solo es una pregunta que mucha gente pueda plantearse, sino una secreta esperanza. Dicho todo esto, debo aclarar que si me hago esta pregunta referida al karma no es para buscar una especie de consuelo intelectual o moral, y mucho menos una explicación a todo lo que está sucediendo.

Quiero enfatizar por última vez —es importante— que no pretendo convencer a nadie de nada. Que cada cual crea lo que quiera. Si he introducido aquí los conceptos del karma y la reencarnación no es para presentarlos de forma dogmática como verdades absolutas e incuestionables. Ya he dicho que me parecen «hipótesis» o posibilidades muy razonables, y las acepto de buen grado. No es la intención de esta entrada ni tampoco «colar» estas premisas de soslayo. Además, por lo menos para mí, aunque sean importantes no las veo como cuestiones «centrales» del budismo, por más que puedan ser los aspectos más conocidos, llamativos y también enigmáticos. Para mí la cuestión central del budismo es alcanzar las verdaderas sabiduría y liberación, a través de la autoindagación y el autoconocimiento. Descubrir y entender qué eres en verdad. Usando palabras del budismo, entender y asentarse en «el estado natural de la mente», que no es otro que Luz, Inteligencia, espontaneidad, atención, Unidad no dualística. Así que lo otro se me antoja como algo digamos que «secundario». La finalidad de esta entrada es hacer una reflexión general, como puede apreciarse, sobre la guerra, Putin, la maldad, la naturaleza humana (y la mente), etc. Ya que me he planteado la duda razonable de si Putin pagará por todo lo que está haciendo y causando, ha aparecido el tema del karma, muy relacionado con la causalidad. Eso es todo. Y creo que sí, que todos/as pagamos las consecuencias de nuestros actos, de una forma u otra. Especular más allá de esto es gratuito, vender humo. Simplemente queda planteado.

En realidad me he hecho aún una tercera pregunta, que es ligeramente diferente a la anterior. Más allá de que llegue o no a pagar por sus actos, la pregunta obvia es qué pasará en un futuro a medio plazo con Putin. Me refiero a que este hombre prácticamente ha dinamitado todos los puentes de confianza, entendimiento y comunicación, por lo menos con todo el bloque occidental. Las relaciones son más frías, distantes y difíciles que lo que han sido en décadas, llevándonos a un escenario muy similar a la Guerra Fría. Realmente el futuro es toda una incógnita, por momentos fuertemente preocupante. No sabemos si Putin optará por una huida hacia adelante absolutamente irracional y suicida. No sabemos si jamás cederá en sus ambiciones, o si llegará a traspasar todavía más líneas rojas en su agresión a Ucrania. No sabemos si cederá debido al ahogo económico al que están siendo sometidos. Pero me cuesta mucho imaginar a líderes occidentales manteniendo algún tipo de entendimiento o relación con este presidente ruso (aunque sabemos de la maldita hipocresía de los políticos capaces de venderte cualquier cosa). Los puentes han volado y eso es una pésima noticia… para todos.

Una última cuestión: circulan rumores de que Putin podría estar enfermo de cáncer. Eso podría explicar en buena parte su forma de proceder…

«Creo que su sistema inmunológico podría estar deprimido. Así que es un hombre que tiene prisa».

(Chris Parry, almirante retirado de la Marina Real británica)

«Podría ser que esté tomando altas dosis de esteroides, o puede haber algo más. Parece haber una urgencia para esto que también puede ser impulsada por factores personales».

(Fiona Hill, exoficial de inteligencia para Rusia y Eurasia en el Consejo Nacional de Inteligencia estadounidense)

Estas especulaciones están desgranadas por ejemplo en este artículo en vozpopuli.

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La causalidad. Todo nace de múltiples causas y factores y a su vez produce infinidad de efectos o consecuencias. Una cadena infinita en la que estamos atrapados… a menos que haya una forma de liberarse de eso. Y no solamente tienen consecuencias nuestros actos y decisiones. También nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros planteamientos, nuestra visión del mundo, nuestras palabras…

El asesino engendra otro asesino,

el invasor engendra otro invasor.

El abusador engendra otro abusador;

el insolente engendra otro insolente.

Así pues, por el obrar del karma,

quien saquea es saqueado.

(Buda Shakyamuni)

Aunque todos estos planteamientos —principalmente del budismo— puedan parecer muy abstractos, idealistas, metafísicos, alejados de la realidad, creo que es justamente en momentos oscuros y complicados como los presentes cuando más que nunca hemos de poner en valor filosofías como ésta y planteamientos ante la vida que sean constructivos, que aporten luz, fe, amor y bondad entre los humanos. Y si no piensas igual o tienes enormes dudas… pues lo siento. Mientras Putin pone los ejércitos, balas, tanques y bombas, otros intentamos poner nuestro granito de arena con nuestras palabras, nuestros planteamientos y deseos. ¿Por qué? Porque el mundo y la realidad lo conformamos tod@s y porque todo acto tiene sus consecuencias y efectos.

«Si deseamos seriamente promover la paz mundial, primero debemos comprender, generar, y experimentar la paz verdadera en nuestro propio continuo mental.

Tener siempre presente la paz es el fundamento y el objetivo de sanar al mundo y a nosotros mismos. Si nuestra mente, nuestra conciencia, disfruta de la paz, nuestra vida diaria será tranquila. Todo lo que hablemos resonará como el sonido de la paz. Todo cuanto hagamos se manifestará como la expresión de la paz».

(Tulku Thondup)

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Como le dije a laacantha en un comentario, creo que a pesar de los espantosos acontecimientos que estamos viviendo, no deberíamos perder la fe en el ser humano. Por muchas desgracias, mezquindad, locura o maldad que podamos ver. Putin pone las balas y las bombas (y el pueblo ucraniano responde con lo mismo). Los ciudadanos polacos, por ejemplo, acogen con los brazos abiertos a los refugiados ucranianos.

A pesar de todos estos duros y dolorosos hechos nada, nada, nada ha hecho ni hará cambiar mi visión del ser humano, de cuál es su verdadera, más íntima, genuina y auténtica naturaleza e identidad. No es simplemente que «lo crea» (también existe esa parte, la intelectual), sino que es algo que puede experimentarse en primera persona. «Creo» —no albergo ni un resquicio de duda y te invito a que ponderes esto— que el ser humano es fundamentalmente Luz, Conciencia, Amor, bondad, paz, Inteligencia, serenidad, sabiduría, energía, ecuanimidad… Estas cualidades, por sí mismas, ya aportarían la paz y la armonía necesarias. Claro, también están en nuestra naturaleza la ignorancia, la oscuridad, la confusión, el error, la maldad, la ambición, el odio, las conductas egoicas y un largo etcétera. Somos imperfectos, somos humanos. Pero todo esto es superable y puede neutralizarse en buena medida si trabajamos en ello, si hacemos «limpieza».

«En el fondo de la caja de Pandora, que contenía todos los males de la humanidad, se hallaba la esperanza», nos cuenta Lídia Castro en un vídeo acerca del mito de Prometeo y Epimeteo.

Te preguntaría, a ti que puedes estar leyendo esto, que me contestes simplemente con un «sí» o un «no»: ¿crees que el ser humano es todo esto o no? Porque si no eres todo esto (tú mism@), entonces… ¿qué eres? El camino hacia la Luz y la sabiduría es extremadamente arduo (y ambos términos no se refieren a acuñar brillantísimas teorías, explicaciones ni doctrinas; para nada).

«Se puede vencer mil veces a mil hombres en batalla, pero el mayor vencedor es quien se vence a sí mismo una vez».

(Buda Shakyamuni en el Dhammapada)

Estuve pensando durante días y días si escribir esta entrada o no. Si tenía algo que decir y cómo decirlo. Si podía aportar algo. Si para alguna persona todo lo expuesto aquí le ha servido en un sentido positivo, pues me alegro. Si ha aportado algo de claridad o de esperanza, o como mínimo ha incitado a la reflexión más allá del «somos un desastre y damos mucho asco y vergüenza».

Como muy bien me dijo Mayte Blasco hace unos días, «la guerra es el fracaso total de la inteligencia humana». ¿Hemos hablado de todo esto (de la guerra, del ser humano, del sufrimiento, de la maldad)? ¿Nos hemos desahogado, hemos compartido nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros miedos, nuestras preocupaciones? Más allá de que lo podamos haber hecho con nuestros seres queridos o más cercanos, nuestr@s compañer@s de trabajo, nuestras familias… y quizá o muy probablemente, de manera superficial y fugaz, dado nuestro estilo de vida siempre sometido a prisas y obligaciones. Aquí estoy por si quieres conversar, de lo que sea.

Gracias por la lectura.

Me decido a añadir tres notas anexas, porque creo que aportan otros matices a esta larguísima entrada. Quizá añada más si van surgiendo nuevas reflexiones.

  1. Cito aquí la que me parece una acertadísima reflexión de MJ RU1Z, que me ha dejado en un comentario. Hace un diagnóstico muy preciso y definitorio de por un lado cómo está actuando Putin, y por el otro la manera que tiene de pensar (o en otras palabras, qué parece hallarse en su mente y cómo funciona ésta):

«Creo que tiene un gran resentimiento causado por un desproporcionado rencor hacia Occidente. Pienso que ha cogido lo peor del régimen comunista, lo peor del capitalismo y lo peor de la religión mal entendida y los ha mezclado todos, agitado y sacado en forma de guerra. Una guerra que ha pensado y ensayado en Siria, donde también arrasó todo hasta los cimientos. Creo que vive nublado por sus propios y erróneos pensamientos del mundo…».

2. No lo he mencionado en la entrada, pero acabo de caer en una gran obviedad: Putin es un megalómano de manual, de la cabeza a los pies:

«La megalomanía es definida como un trastorno de la personalidad, caracterizado porque la persona tiene ideas de grandeza, de manera que puede mentir, manipular o exagerar algunas situaciones o a las personas, a fin de conseguir sus objetivos».

3. Acabo de ver y escuchar a un chico ucraniano en los informativos catalanes. En la entrevista que le hacían explicaba que sentía mucha ilusión por volver a su ciudad, Odessa, y también a la escuela. Hasta aquí todo bien. Pero termina la entrevista diciendo: «Al final de esta guerra nuestro país será más fuerte y poderoso». Vaya, parece que el ser humano no tiene remedio. Alguien podría decirme que lo que ha dicho, en el contexto actual, es lógico y comprensible (en cierta forma una prueba de que amas a tu país). Pero yo no lo veo tan «comprensible». Los ismos —como el nacionalismo— parecen efectivamente estar muy infiltrados en las mentes y corazones humanos.

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